Fu’ad Jado: “Nosotros amamos lo que tenemos aquí, esta zona es bonita y tranquila, esta tierra es como un santuario para nuestra familia”
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Fu’ad Jado: “Nosotros amamos lo que tenemos aquí, esta zona es bonita y tranquila, esta tierra es como un santuario para nuestra familia”

Una de las familias de Belén aisladas por el Muro ha estado viviendo en su antigua casa durante más de 40 años, alquilando la vivienda y las tierras que la rodean; la familia ha estado trabajando en la agricultura y el cuidado de los animales de forma continua. De acuerdo con las leyes Otomanas de la tierra, que aún son utilizadas por las Fuerzas de Ocupación, después de que una persona trabaja una parcela durante un cierto periodo de tiempo, esta persona se convierte en su dueña. Esto significa que la familia Jado es ahora la propietaria legal de la tierra puesto que ellos han estado trabajando en ella durante 40 años.

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Fu’ad Jado trabaja en Belén como empleado de la Autoridad Palestina para los asuntos Hidráulicos. Fu’ad cuenta que las Fuerzas de Ocupación, durante la invasión de Belén en 2002, comenzaron a nivelar las tierras cercanas al Campamento de Refugiados de Aida, colocando alambradas de púas en las tierras próximas a la entrada del campamento de refugiados donde vive su familia junto a otras tres familias más. Desde ese momento las Fuerzas de Ocupación declararon el área como “zona de juntura” en la que se requiere permiso para entrar o salir de ella. Cada miembro de la familia necesita su propio permiso, que debe ser renovado mensualmente, y desde un tiempo a esta parte, las Fuerzas de Ocupación no han estado dando permisos.

Jado dice que la zona sufre el aislamiento del resto de Belén; gente que posee olivares en las tierras cercanas a su casa y que reside en Belén no puede acceder a sus terrenos para la recolección de la aceituna. Los residentes en este área están privados de recibir servicios básicos y tienen problemas de abastecimiento de agua. Cuando algún miembro de la familia está enfermo deben hacer frente a extremas dificultades antes de alcanzar el hospital, que es especialmente el caso de los ancianos y niños. De vez en cuando las Fuerzas de Ocupación fuerzan a las familias al abandono de la zona, la última vez ocurrió cuando las Fuerzas de Ocupación comenzaron a colocar bloques de cemento frente a la casa de Jado. El funcionario de la Administración de Ocupación fue a la casa de la familia y dijo que debían evacuar la vivienda. La familia insistió en que llevaban viviendo allí durante décadas y no tenían intención de abandonarla.

Acerca del impacto del Muro que está siendo construido frente a su casa, Jado declara:

“Ahora necesitamos una hora o más para pasar a través del Muro. Los guardias del Muro nos obligan a esperar durante largo tiempo antes de que nos permitan salir o entrar, muchas veces ellos podrían decirnos que camináramos a través de los campos para llegar a casa y así no tendríamos que pasar por donde ellos están trabajando. Ahora no vamos muchas veces a Belén, vamos cada tres días o algunas veces cada semana debido a las medidas de los soldados de Ocupación en el Muro. La hija de nuestro vecino nos pide que vayamos con ella cada vez que vuelve a casa desde la escuela porque tiene miedo de los guardias del Muro. Yo no dejo nunca más a mis hijos que jueguen en esa zona.”

“Tengo gemelos, niño y niña, que van a la escuela de Belén; no sé qué haremos si se completa el Muro y nos quedamos completamente aislados. El funcionario de la Administración de la Ocupación vino y se llevó los documentos de la tierra y la casa, dijo que los devolvería pero no lo hizo. Algunas veces ellos vienen y nos dicen que nos vayamos pero estamos decididos a quedarnos. Amamos lo que tenemos aquí, esta tierra es bonita y tranquila – esta tierra es como un santuario para nuestra familia, porque mi madre vive aquí y todos mis hermanos y hermanas que viven en Belén vienen a visitarla.”