***image2***Trabajé como enfermera en Jerusalén durante algún tiempo. Me gustaba mi trabajo pero el llegar hasta él era muy difÃcil, muchas veces las Fuerzas de Ocupación me obligaban a volver a casa y no me dejaban llegar hasta mi trabajo. La mayor parte del tiempo llegaba tarde al trabajo y otras tenÃa que volver caminando a casa porque las Fuerzas de Ocupación prohibÃan que los taxis con matrÃculas de Jerusalén transportaran a gente a Cisjordania. Mi jefe intentó ayudarme para que consiguiera un permiso y asà poder entrar en Jerusalén pero la Administración de la Ocupación exigÃa que tuviese 24 años para obtener dicho permiso. TenÃa un buen sueldo y estaba a gusto en ni trabajo. Mis compañeros de trabajo intentaron convencerme para que me quedara, pero no tenÃa elección, tuve que dejarlo y quedarme en casa. De todos modos no puedo quedarme en casa todo el tiempo y ahora estoy estudiando para ser secretaria y quizás ahora pueda encontrar un trabajo aquà o en Eizarya.
Les tengo un gran cariño a los campos de olivos del frente de nosotros. SolÃa pasear por allà casi todos los dÃas, cogÃa mis libros y me iba a estudiar allà y con mis amigos solÃamos hacer picnic bajo los olivos â no hay otro sitio para ir y tampoco podemos ir a Jerusalén. Incluso cuando todavÃa estaban construyendo el Muro solÃa subir por la colina â no me preocupaban los soldados ni los guardias. Pero ahora es más difÃcil, ayer era sábado y los sábados no trabajan. Intenté encontrar un sitio para pasar al otro lado del Muro, pero no pude. Caminé mucho y no pude encontrar lugar para pasar. Al final, desistà â me senté en el suelo a mirar la colina a través de la alambrada.
***image3***