Las Fuerzas de Ocupación invadieron la aldea de Budrus durante la noche del 27 de Febrero, lanzando bombas de sonido y bengalas entre las casas. Se impuso el toque de queda en tanto que los jeeps recorrÃan la villa lanzando panfletos amenazando a la población para que no se acercara al Muro del Apartheid. La táctica de la intimidación resulta un intento de someter la Resistencia Popular contra el robo de tierras y el intento de transformar Budrús en un guetto.
***image2***Las octavillas avisaban de que cualquier daño causado por cualquiera al Muro del Apartheid y su infraestructura serÃa considerado un ataque a la seguridad global de la zona y que ese tipo de acciones serÃan tratadas con severidad. Esta nueva estrategia para atemorizar y desmoralizar la resistencia de la población son una respuesta al continuo activismo del pueblo y su posición desafiante y firme en rechazar la presencia del Muro del Apartheid en sus tierras.
El último viernes, 23 de Febrero, se desarrolló una gran manifestación en el pueblo y en otras ocasiones la Ocupación ha demostrado ser incapaz de evitar que la gente destruya partes del Muro que ha engullido sus tierras y ha dejado al pueblo completamente aislado.
Este ataque representa la última etapa en los intentos de la Ocupación de atemorizar a los pobladores del lugar y acabar con la Resistencia Popular en Budrus. Hace medio año, las Fuerzas de Ocupación llevaron a cabo registros nocturnos en las casas e hicieron una redada, siendo todos los hombres del pueblo obligados a dejar registro de las huellas de sus pies y de sus huellas dactilares.