La lucha por la tierra en Jayyous
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La lucha por la tierra en Jayyous

Qaddumi explicó que cuando se solicitan los permisos, “Hay un israelí que tiene un mapa y un ordenador y ve donde está tu tierra, ya sea dentro o fuera del Muro. Esta es su especialidad. El decide si tengo el derecho de entrar en mi propiedad o no.”

El agregó que, “Desde el 15 de Febrero solo recibí seis permisos we’ve only received six permits out of 125 applications. We sent a list of applications over on 21 January but we haven’t had any response yet. But 25 percent of Jayyus farmers can’t get permits to reach their fields. The Israelis say we will get permits if we stop throwing stones at them.” ***image2***

La concesión de permisos por las fuerzas de Ocupación no solo es ofensiva por la razón obvia de que hace a los palestinos dependientes de permisos de un enemigo para trabajar en sus propias tierras. También es objetable porque da a las autoridades una oportunidad de controlar las vidas de los residentes en muchas maneras. El Dr. Abdul Haleem Khalid, un terrateniente que también está esperando un permiso para acceder a su tierra explica, “Mi hermano Majid trabaja en Belén y por lo tanto está registrado en su DI allí como lugar de residencia. A resultas de eso, los israelíes decidieron que él no tenía ninguna relación real con la tierra, y le denegaron el permiso. Varios terratenientes de Jayyus se enfrentan al mismo problema.”

Agregó que, “Hasta intervienen en cuestiones de herencia. Miran tu propiedad y el número de herederos, e insisten en que se debe solicitar permiso para cada parcela por separado. Después deciden que cada parte es demasiado pequeña para garantizar un permiso, por lo que la solicitud es denegada. Pero no se nos permite solicitar permiso para la propiedad entera.”

Qaddumi describió la cantidad de problemas creados por las puertas, que son usadas para ahogar aún más a los vecinos. Las fuerzas de Ocupación aprobaron todas las solicitudes de permiso mientras se construía el Muro, y al principio mantenían las puertas abiertas todo el día. Comenzaron gradualmente a restringir las horas de apertura, y ahora las abren durante una hora tres veces al día. Los individuos pueden pasar a pie, pero sin equipaje. Y la puerta tampoco está abierta a las horas estipuladas; una familia beduina que vive fuera del Muro dice que sacaron un hijo y una hija de la escuela porque la apertura de la puerta hacía imposible que los hijos llegaran a tiempo a clase.

Qaddumi describió el funcionamiento de la puerta, explicando, “Cuando atraviesas la puerta, estás sujeto aun cacheo completo. Una máquina hace el chequeo, como las que hay en los aeropuertos y en el puente [fronterizo]. Si llevas algo de metal, empieza a sonar. Tienes que volver por la misma puerta por la que pasaste, y si la puerta está cerrada, pues mala suerte.”

Dado que el acceso a la tierra es tan limitado e impredecible, se había llegado a acuerdos entre la Autoridad Palestina y las autoridades de Ocupación para permitir materiales de construcción a través de las puertas para que los granjeros puedan construir refugios pequeños, que los protegían de las lluvias de Invierno y de los calores del Verano y les permitía un mayor acceso a su propiedad. Cuando se completaron, a los propietarios se les comunicó que se habían construido sin licencia y que tendrían que ser. Se les dio tres meses para irse.”

Tenemos un abogado de Jerusalén trabajando en eso; no conseguimos permiso para ir al juzgado en Jerusalén. Creemos que los refugios que están amenazados con la destrucción son los que estarán en el camino del Muro cuando hagan la ruta nueva,” dijo Qaddumi, refiriéndose a la decisión del Tribunal Supremo de Febrero del 2009 de hacer una nueva ruta para el Muro. 277 dunums de tierra serán arrasados para el nuevo trazado, además de los 5,585 dunums que serán confiscados permanentemente cuando esté completo. ***image3***

Agregó, “Hay galpones donde los granjeros tienen vacas y cabras. Los israelitas les han dado la noticia de la demolición. Su excusa es que desde estos galpones, los críos apedrean a los soldados y que eso representa una amenaza para la seguridad de los soldados cuando pasan. Así que las familias llevan contratados abogados palestinos desde el ’48.

“Cuando los granjeros no pueden acceder a sus tierras, tienen que contratar gente para que recoja sus cosechas. A veces conseguimos palestinos de la zona del ’48 o algunos de nuestros defensores trabajan en los campos y recogen las aceitunas. Entran por el otro lado. Tenemos un coordinador que trabaja con un grupo de derechos humanos, y el consigue los permisos del grupo. Necesitan un permiso para llegar junto a nosotros, ya que esto está considerado zona militar cerrada.”

Cuando un granjero envía productos a las áreas de Cisjordania bajo el control nominal de la Autoridad Palestina, un soldado israelí lo detiene en el puesto de control y le hace descargar todas las cajas de su camión para que puedan ser inspeccionadas.”

Estas condiciones tan dificultosas han hecho imposible para los granjeros el poder ganarse la vida. Pero aún así la gente se arriesga para mantener su tierra productiva; si la tierra se queda sin plantar por cinco años, las leyes israelíes dicen que puede ser expropiada. Y los granjeros de Jayyus saben que sus tierras son codiciadas para la expansión del asentamiento cercano.

El ser granjero ya no es rentable. Un granjero no gana dos dólares al día, y aún así tiene que luchar para llegar a su tierra. Y después vende sus productos para poder comer. Tenemos un joven que ha perdido tres invernaderos por las lluvias. Quién lo compensará por eso? Durante 60 días el plantó y cuidó los brotes. Y después no consigue el permiso y todos sus esfuerzos han sido en vano. Puedo darle una carta para las altas autoridades del describiendo su situación, pero es todo lo que puedo hacer. De ahí seguirá la cadena, y terminará en el cajón de alguien.”

Después de que la Autoridad Palestina anunciara a 18 granjeros que fueron elegidos para compensarlos por sus pérdidas, estos viajaron hasta Qalqiliya, solo para recibir 300 shekels (menos de $75) – ni siquiera una fracción de las pérdidas reales y que casi no vale la pena ni el tiempo ni los gastos ocasionados para recibirlos.

Como en las aldeas de Ni’lin, Bil’in, Ma’sara y otras, Jayyus también celebra manifestaciones semanales contra el Muro. Igualmente, sus residentes han caído bajo los malintencionados ataques de los soldados.

“Los israelitas vienen a cada momento, por la noche. Nadie consigue dormir. Los Viernes, son 10 o 12 los jeeps militares que vienen. Usan gas lacrimógeno contra los residentes, y el gas impregna las áreas residenciales. Eso causa abortos y ya hemos elevado quejas a las autoridades pertinentes.”

Del 17 al 18 de Febrero, impusieron un toque de queda en la aldea, entraron en ella por la noche y arrestaron a 11 personase. Buscaron casa por casa y destruyeron propiedades de los vecinos. Se llevaron pasaportes, discos duros de los ordenadores y dinero. Convirtieron esta escuela de aquí al lado en un centro de detención como Guantánamo. Interrogaron a la gente. Trajeron aquí a 120 hombres y los dividieron, 10 en cada clase.”

El Dr. Khalid nos cuenta la experiencia de su familia: “Nos metieron a mí, a mi mujer y a mis hijos en la cocina y buscaron por toda la casa. Dejaron un rastro de barro en las alfombras y revisaron al armario de mi hijo, no dejando nada en su lugar. Nos hicieron bajar a mí y a mis cinco hijos a la planta baja así pudieron buscar en la planta superior. Me hicieron quedar descalzo afuera a las 2 de la mañana durante media hora. Están intentando destruirnos psicológicamente.

“Dado que los vecinos continúan sus protestas contra el Muro, ellos han visto que los jóvenes son más vulnerables a los intentos de las autoridades de Ocupación a transformarlos en colaboradores. Muchos jóvenes [entre 16 y 20 años] han sido detenidos y golpeados, y se les dice que el precio de sus permisos sería el nombrar a los líderes de las protestas semanales.” ***image4***

Mohammad Khaled, de 22 años, que fue “invitado” a volverse un colaborador a cambio de asegurarle un permiso, explicó que:”El 18 de Febrero a la 1:30 de la mañana me sacaron de casa para la escuela, y de allí me trasladaron a Huwwara, una instalación militar. Me llevaron para un interrogatorio y me acusaron de arrojar piedras y cócteles Molotov. Les dije que yo no tenía nada que ver con eso, y me negué a firmar una confesión. Cuando volví a casa, me encontré con que se habían llevado mi permiso. [Me había valido por un año.] Así que fui a la DCO [Oficina de Coordinación del Distrito], y me dijeron, si quieres tu permiso, hay una condición – tienes que cooperar con nosotros. Querían los nombres de los jóvenes que habían arrojado las piedras. Me negué. Me dijeron, es la única manera de que consigas un permiso, y yo dije, no quiero un permiso. Ayer me dijeron que fuera directamente a la puerta y lo intentara. Así que fui y volví.”

Agregó, “Había más jóvenes conmigo, fueron amenazados y confesaron aunque no habían hecho nada. Fueron encerrados por tres meses y multados con 1,000 shekels. Los asustaron con perros. Un chico de 16 años fue llevado en el coche y multado. Como va a venir su padre con 1,000 shekels? Su padre es un parado.”La DCO no puede hacer nada. Mandé una solicitud, y me dijeron que no saben lo que pasó con ella. Hace ya un mes. Tenemos dos dunums [de tierra] plantados con tomates, y ahora están maduros. Estoy mandando trabajadores allí, y me cuesta 70 shekels. Y ahora los tomates están muy baratos, así que todo es pura pérdida.”

A pesar de las condiciones ruinosas, la aldea entera parece determinada a resistir a toda costa. Qaddumi explicó que, “Ningún soldado o primer ministro israelí va a cambiar nuestra oposición a la ocupación y al Muro. No habrá paz mientras haya un muro y una ocupación. Esta es la opinión del pueblo de Jayyus. Si yo no consigo que saquen el Muro, mi hijo lo hará.”