La estructura narrativa y ubicación de la historia de la Navidad según la Biblia combinadas con historias y hechos contemporáneos en Palestina.*
Joaquín y Ana, padre y madre de María, vivían en Nazaret, Palestina. Sus familias estaban ahí desde generaciones atrás, pero en 1948, con la creación del Estado de Israel, muchos de sus amigos y parientes que vivían en la región fueron expulsados,y algunos fueron asesinados, durante un proceso deliberado de limpieza étnica. En esa época, más de la mitad de la población palestina fue evacuada de la región que pasó a llamarse Israel: 531 aldeas fueron destruidas. Ese proceso se conoce como la Nakba -“catástrofe” en árabe-, y hoy en día hay alrededor de 5 millones de palestinos y palestinas refugiadas esperando poder regresar a sus casas algún día.
La madre y el padre de María permanecieron en Nazaret y se volvieron, como ella al nacer, ciudadanos israelíes. Eso no significa que tengan los mismos derechos y oportunidades que los ciudadanos judíos de Israel. La inversión gubernamental en el barrio dondevivían es prueba de eso: los palestinos componen 20% de la población de Israel, pero solamente el 6,25% de los recursos públicos son destinados a ellos La escuela a la que iba María, solamente para palestinos, ya que el sistema educativo es segregado , cuenta con una inversión por alumno/a seis veces menor que la de una escuela judía.
Cuando supo que estaba embarazada, María lo mantuvo en secreto hasta que le visitó su prima Isabel, quien también esperaba un hijo. Ella y su esposo Zacarías vivían en Al Araqib, más al sur del país. Se trataba de una de las 60 aldeas no reconocidas por Israel: ahí no existía un solo servicio público. Cuando María llegó, sus primos habían vuelto a levantar sus casas, que acababan de ser demolidas por Israel por 62ª vez.
De vuelta en Nazaret, el nacimiento del hijo se acercaba cuando llegó la noticia sobre el proceso judicial de su marido José. Él nació en Belén, ciudad ubicada en la región de Cisjordania, parte de la Palestina ocupada desde 1967. Desde que se casaron, enfrentaron muchas dificultades para vivir juntos , a causa de una ley de 2003 que prohíbe a las y los palestinos de Gaza y Cisjordania vivir con sus cónyuges palestinos/as residentes en Israel.
Las y los palestinos de Cisjordania están separados de Israel por un gran muro -en algunos tramos en forma de cerca-, considerado ilegal por la Corte Internacional de Justicia porque 85% del mismo está construido sobre tierras palestinas robadas. Todos los días, miles de palestinos como José, llegan durante la madrugada a los puestos de control y se agrupan para cruzar al otro lado. Son palestinos con permiso para trabajar en Israel, en su mayoría en condición de sub-empleo. En el caso de José, su trabajo era en una carpintería israelí.
A pocas semanas del nacimiento de su hijo, llegó la orden de deportación: para cumplir con la determinación del Estado de Israel, José necesitaba ir a Belén. Con el temor de que pudieran ser separados,y ante el inminente nacimiento de su hijo, la pareja decidió hacer juntos el viaje .
Vivir en Belén no iba a ser fácil. Los Acuerdos de Oslo dividieron a Cisjordania ocupada entre la Autoridad Nacional Palestina e Israel. La primera tiene un relativo control sobre menos del 40% de un territorio fragmentado y discontinuo, un verdadero archipiélago, en el cual se concentran el 90% de las y los palestinos. En el 60% restante, asentamientos ilegales judíos y bases militares ocupan el 70% de la zona; lo que, sumado a otras restricciones, deja sólo el 1% de la región disponible para la construcción palestina, y aun eso con una autorización muy difícil de obtener .
José y María se hospedaron en la casa de un amigo en los alrededores de la ciudad. Eran humildes y no les importaba dormir en el establo si fuese necesario.Ese año, el establo en la casa dondeestaban había sido demolido pocos días antes, así como otros 170. Solamente en 2010, 222 casas palestinas fueron demolidas por Israel. Lo que, sumado a las restricciones al acceso de agua y otros recursos básicos, viene contribuyendo al continuo desplazamiento forzoso de las familias palestinas.
María empezó el trabajo de parto pocas horas después de llegar a la casa. Cuando se intensificaron las contracciones, José tomó prestado el carro de un amigo y se dirigieron rumbo al hospital. Transportarse en Cisjordania nunca es fácil:el movimiento está restringido por los bloques de asentamientos judíos, el inmenso muro que recorta y anexa territorios, las carreteras exclusivas para judíos y una serie de barreras y puestos de control, incluso entre las ciudades palestinas; en total, son 513 impedimentos ubicados en el interior de Cisjordania.
José contaba el tiempo entre cada contracción de María, cuando avistó un control militar transitorio en el camino . Un soldado israelí indicó que debía estacionar el automóvil para una inspección. José explicó la situación de su esposa para que agilizaran el paso, pero los soldados no titubearon en proseguir con la inspección del vehículo. Al insistir, José fue obligado a salir del auto y llevado a la garita más cercana. Volvió a tiempo para ayudar a su esposa, que ya estaba a punto de dar a luz.
Jesús nació ahí, en el asfalto, a algunos metros del control militar israelí.
Un grupo de pastores protestaba en los campos próximos al pueblo de Beit Sahour en contra de la expansión de los asentamientos en la región, cuando supieron del caso. Partieron rumbo al hospital, al cual la pareja y el recién nacido acababan de llegar. Tres líderes prominentes de la comunidad palestina, refugiados en Jordania desde 1967, intentaron cruzar la frontera para visitar al niño. Fueron, sin embargo, impedidos de entrar por el control fronterizo israelí.
El caso de Jesús se volvió famoso, de una manera parecida: entre 2000 y 2007, 10% de las palestinas en gestación llegaron retrasadas al hospital, y 69 bebés terminaron naciendo en puestos de control en los Territorios Palestinos Ocupados.
El hijo de la pareja que venía batallando por el derecho a vivir juntos en Nazaret, nacido en un puesto de control, se tornó un símbolo de la lucha palestina. Y desde entonces se le conoce como Jesús de Nazaret. Llevaría consigo el nombre de la ciudad que le fue negada, como a tantos otros palestinos refugiados y desplazados internamente. Moriría como un mártir, sin nunca olvidarse.
*por Pedro Ferraracio Charbel