Cosecha de aceituna en Surif: ‘Es en esta tierra donde vale la pena vivir’
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Cosecha de aceituna en Surif: ‘Es en esta tierra donde vale la pena vivir’

El Sábado pasado, en Surif, al Sur de Hebron, se organizó otra acción de recogida colectiva de aceituna. Muchos voluntarios, incluyendo granjeros locales, activistas internacionales y un autobús de voluntarios de Acre, recogieron aceitunas bajo un sol ardiente. Los granjeros que cultivan la tierra de Surif, cerca de Hebron, pueden mirar hacia atrás en su continua y exitosa lucha por los derechos de su tierra.

Hasta los setenta la zona había sido tierra abierta solo usada por granjeros para forraje para sus animales. Entonces, un día en 1976 un par de miles de colonos se reunieron para ocupar esta tierra de Surif y las aldeas de los alrededores se reunieron inmediatamente en resistencia a los ocupantes. Resistieron la colonización de su tierra con protestas populares y llevando su caso por todo el sistema judicial israelí. Usaron todos los medios a su alcance para defender sus tierras y crear obstáculos para que los israelitas no las tomaran.

Entre las formas de resistencia está el hecho de que desde entonces que los granjeros han estado cultivando la tierra. El cultivo de una tierra usada previamente para pastoreo es una herramienta para impedir que Israel aplique una táctica pseudo-legal para confiscar la tierra. Las autoridades de la ocupación manipulan una ley de la época Otomana para declarar la tierra que no ha sido cultivada durante varios años  como ‘tierra estatal’ o ‘tierra pública’. Esto a su vez facilita la cortina de humo de los intentos legales israelíes para mantener sus reclamaciones ilegales, la confiscación y la colonización de la tierra palestina.

A pesar de eso, hace cinco años los colonos volvieron otra vez por la noche y marcaron el territorio que querían colonizar. A la mañana siguiente la gente de la aldea retiró todas las señales y se preocuparon por incrementar su presencia en la tierra. Con la ayuda de organizaciones palestinas se construyeron pozos y carreteras. Estas infraestructuras animaron a los granjeros a continuar cultivando su tierra. “Estamos menos angustiados que antes, sentimos que hemos logrado nuestra meta de guardad nuestra tierra” dice uno de los granjeros locales. “Sin embargo, siempre tememos que vuelvan otra vez. Estamos de acuerdo con el poeta palestino Mahmoud Darwish cuando escribe ‘Esta es una tierra en la que vale la pena vivir’.”

No necesitamos mirar muy lejos por una historia no tan edificante. Al otro lado del valle podemos ber partes de la tierra que Israel ha declarado como confiscada. En la otra dirección vemos el Muro del apartheid cortando a través de la tierra. Muchos granjeros han visto reducido el acceso a la tierra de su propiedad al otro lado del Muro. Por lo que concierne a esta aldea en particular son alrededor de 500 dunams aislados al otro lado. Los granjeros solo tienen un acceso muy limitado a sus olivos. Se les permite ir a sus tierras solo una semana durante la recogida de la aceituna entre las 7 am. y las  5 pm. Dado que solo a los dueños de los árboles  se les da permiso para cruzar, la cosecha está limitada y lo que puedan recoger dentro del tiempo que se les da. Durante el año no pueden cuidar de sus árboles, y por lo tanto muchos de ellos se pierden.

Esta dinámica de colonización continua y resistencia local se repite casi por toda Cisjordania. Mientras Israel claramente tiene la sartén por el mango militarmente contra la resistencia del pueblo palestino, esta firmeza y determinación para luchar por cada pulgada de tierra día tras día pone nuevos frenos a los esfuerzos sionistas de limpiar Palestina de su población indígena  y reemplazarla por población colona.