2016 ha visto dos luchas laborales importantes – y victoriosas – en las fábricas del asentamiento de Tulkarem. Este artículo cuenta su historia y muestra el fondo de la explotación y opresión sistemática de los trabajadores por parte del sistema de apartheid israelí y sus industrias. Hablamos más abajo sobre la lucha continua de los obreros palestinos, especialmente en la zona industrial del asentamiento de Tulkarem, y y esbozamos la destrucción inicial del sector agrícola palestino en la región y la explotación de la mano de obra excedente creada de esta manera.
Luchas obreras en la zona industrial del asentamiento israelí de Tulkarem
Para Israel, la ocupación de Cisjordania trajo beneficios económicos significantes y el caso de Tulkarem y las zonas industriales del asentamiento que operan allí son basicas en eso. Sin embargor, los obreros palestinos se están defendiendo. Los Nuevos Sindicatos han estado liderando a los trabajadores en luchas victoriosas en dos fábricas israelíes en la zona industrial del asentamiento de Tulkarem.
En la fábrica Yamit, que emplea 116 trabajadores y produce fertilizantes líquidos y filtros para uso agrícola, los trabajadores organizaron una huelga exitosa durante el 2016. Fundada en 1990, Yamit se mudó de Sha’re Efrine, dentro de la Línea Verde, a la zona industrial del asentamiento de Tulkarem. Los trabajadores en la empresa fueron a la huelga para protestar por los salaries bajos y por la falta de sistemas de seguridad. Después de una dura batalla, Yamit tuvo que firmsr un acuerdo con los trabajadores garantizando sus derechos y subiendo los salarios.
En la misma zona industrial del asentamiento, los trabajadores de las fábrica Tal-El, que proporcionas servicios de recogida de desechos, incluyendo los del asentamiento de Ma'ale Adumim y del ayuntamiento de Jerusalén así como del ejército israelí, comenzaron a movilizarse por sus derechos e iniciaron una causa judicial contra Tal-El. La empresa emplea 123 trabajadores en la zona industrial del asentamiento de Tulkarem, que ganaron el caso contra ella cuando el tribunal ordenó a Tal-El pagarle a los trabajadores 3 millones de Shekels como compensación por los salarios bajos explotadores. Como consecuencia, Tal-El vnedió la fábrica y el nuevo inversor alcanzó un acuerdo con los trabajadores que les garantiza sus derechos de acuerdo con a ley laboral israelí.
La Nueva Federación de Sindicatos Palestinos (Nuevos Sindicatos), que comprende 27 sindicatos y sus ramas con más de diez mil trabajadores como socios, nació de huelgas similares en esta zona industrial del asentamiento en el 2010. Los Nuevos Sindicatos continúan con su presencia regular en las terminales obreras israelíes, en particular en Tulkarem y Qalqliyia, donde al amaneces se juntan con los trabajadores para debatir sus problemas, aumentar la toma de conciencia, animar a los organizadores y ofrecer apoyo donde sea posible. Los equipos de los Nuevos Sindicatos hacen visitan regulares a las fábricas palestinas, donde hablan con los trabajadores sobre sus problemas y necesidades y los animan a sindicarse.
Perdiendo tierra y medios de subsistencias
Tulkarem está ubicada en el Noroeste de Cisjordania. La zona ha sufrido un proceso dramático de robo de tierra, contaminación de tierra y destrucción de su comercio – todo producido en la zona por las políticas de apartheid israelí. Como resultado muchos trabajadores palestinos se ven ahora obligados o a cruzar la Línea Verde para trabajar o a aceptar trabajos en las fábricas de los asentamientos en la zona como mano de obra barata.
La confiscación de tierra por oarte de Israel ha sido parte de la experiencia de los granjeros palestinos en Tulkarem desde que Israel ocupó la zona en 1967. Algunos asentamientos han sido creados en el distrito sobre la tierra y los recursos acuíferos robados en las últimas décadas.
Los muros israelíes ya han sido una realidad para los palestinos en Tulkarem desde los 90, años antes de que el proyecto actual del Muro del Apartheid de más de 700 km de largo hubiera sido empezado. En 1994, fue construido un muro a lo largo de la Línea Verde para separar Tulkarem de la comunidad israelí de Bat Hefer, ubicada al Este de Netanya. Este aparentemente ‘exitoso’ modelo de opresión llevó al primer ministro israelí Ehud Barak a aprobar el primer proyecto de la construcción del Muro del apartheid – que empezó entonces a volverse una realidad sobre el terreno en el 2002. La construcción continua aún hoy, provocando demoliciones, aislamiento y desplazamiento del pueblo palestino. Por toda Cisjordania, el Muro se a transformado en una prisión al aire libre. La mitad de la población actual de Tulkarem vive parcial o completamente aislada de sus tierras, negocios y servicios básicos por el Muro del apartheid.
Otro factor ha sido básico en la destrucción de la agricultura de Tulkarem – la contaminación medioambiental creada por las fábricas químicas israelíes en las zonas industriales del asentamiento. De acuerdo con la Sociedad Plestina para la Protección de los Derechos Humanos y del Medioambiente la contaminación creada por las industrias israelíes alrededor de Tulkarem ha dado como resultado una reducción de los beneficios agrícolas del 21.5 por ciento entre 1992 y 1997. El Ministerio Palestino de Agricultura estima que el 17 por ciento de la tierra agrícola de Tulkarem ha sido afectada por la contaminación originada por las seis empresas israelíes de la zona de Tulkarem.
Esta pérdida de tierra, mercados y recursos, da como resultado la incapacidad de las comunidades para mantenerse adecuadamente y con dignidad. Alrededor del 45% de la población está desempleada y un 45% de los hogares palestinos sufren pobreza.
Explotación de la mano de obra palestina
Tulkarem está al Este del eje industrial israelí de Netanya, donde muchos trabajadores palestinos del distrito están obligados a buscar trabajo. Solo por eso, para poder llegar hasta ahí, los trabajadores tienen que pasar primero a través de procedimientos extenuantes y humillantes en el puesto de control de trasbajadores de al-Tabya. Aproximadamente 15,000 trabajadores de Cisjordania cruzan el puesto de control de Al-Tabia cada día. Aunque hay cientos de puestos de control y obstrucciones militares que controlan el flujo de palestino, Al-Tabya es uno de los pocos que permite el paso de trabajadores palestinos a Israel.
Pasar a través de los puestos de control es posible solo con un ‘permiso’ emitido por el ejército israelí y que debe ser renovado periódicamente para controlar que los obreros no se comprometan en ninguna actividad política. Una vez obtenido el permiso, los trabajadores tienen que esperar eternamente en el puesto de control. Esto añade muchas horas a la rutina diaria de los trabajadores. Los trabajadores palestinos tienen que estar alrededor de las 4am en el puesto de control de al Tabya ya que les lleva 3 horas o más cruzarlo y llegar a sus trabajos. El paso se hace a través de tornos metálicos, detectores de metales y puntos de inspección. Todo el procedimiento es lento y el hecho de que los permisos a menudo solo son válidos para horas específicas añade presión a los trabajadores. Si un trabajador no es capaz de cruzar el puesto de control antes de que expire su permiso, entonces ese día no podrá trabajar.
Las condiciones del pasaje de Al-Tabya pueden ser muy peligrosas. En el 2014,
dos trabajadores murieron en el puesto de control en dos períodos diferentes del año. Los testigos dijeron que Adel Muhammad Yakoub de 59 años y Ahmad Samih Bdeir de 39 fueron aplastados hasta la muerte como resultado de la saturación extrema de las colas del puesto de control.
La zona industrial del asentamiento de Tulkarem
Una segunda opción para los trabajadores palestinos es aceptar trabajos en la zona industrial del asentamiento de Tulkarem, que como otras fábricas químicas israelíes construidas en Cisjordania se han convertido en poderosos medios de opresión para las comunidades palestinas que viven y trabajan en esas regiones.
La zona industrial del asentamiento de Tulkarem, irónicamente llamado ‘Brotes de Paz’ (Nitzanei Shalom) tiene una importancia estratégica para la economía israelí. La zona contiene muchas fábricas especializadas en reciclaje de residuos, fabricación de nylon, plásticos, filtros de agua, fertilizantes y pesticidas. Estas empresas comenzaron a mudarse a Tulkarem en los 80 siguiendo el clamor público israelí contra la contaminación dentro de las ciudades presente actualmente en Israel. La producción industrial irresponsable en esa zona ha impactado fuertemente sobre la vida y la salud de la gente .
Tulkarem tiene la tasa más alta de cáncer en Palestina. Los casos de leucemia, cáncer y linfoma muestran serias discrepancias entre los diferentes distritos en Cisjordania. El 20 por ciento de todos los casos de cáncer y leucemia en Cisordania ocurren en Tulkarem, a pesar de que su población es solo el 5 por ciento del total. La gente también tiene que soportar el olor horrible y el humo intenso, que a su vez sugiere la existencia de altos niveles de toxinas, que conducen a problemas respiratorios varios, incluyendo gran susceptibildad a las infecciones.
La región también es el escenario de accidentes y explosiónes. En Septiembre del 2013, una enorme explosión seguida de un gran incendio en una fábrica de nylon en Nitzanei Shalom puso en peligro toda la zona. Las llamas alcanzaron entre 10 y 15 metros de alto y como las fábricas están muy cerca de las casas de la gente, esto los colocó ante un riesgo muy grave, contaminó su agua y destruyó otros recursos naturales.
Condiciones desiguales de los trabajadores palestinos
La ubicación de las fábricas en Cisjordania significa que los obreros son casi exclusivamente palestinos. Los dueños de las fábricas se aprovechan de las terribles condiciones de vida de los palestinos bajo la ocupación y de la antigua ley laboral jordana que aún se aplica parcialmente en Cisjordania para explotar a los trabajadores palestinos. Las antiguas leyes jordanas no exigen que los empleadores paguen pensiones, ni obligan a los empleadores a compensar a los trabajadores que estén de baja por enfermedad después del tercer día, los días de vacaciones son los mínimos y y las indemnizaciones son muy bajas.
Los dueños de las fábricas obligan a los trabajadores a trabajar nueve horas al día, aunque la ley israelí establece ocho horas de trabajo al día. El salario de los palestinos es inferior al de los trabajadores israelíes. Las condiciones laborales en muchas fábricas de los asentamientos ponen la salud y las vidas de los trabajadores en riesgo.
En el 2007, el Alto Tribunal de Justicia emitió un fallo importante de que los palestinos que viven en Cisjordania pero trabajan para empresas israelíes en el asentamiento de Givat Ze’ev, a cinco kilómetros al Noroeste de Jerusalén, deberían tener el derecho de las mismas condiciones laborales mínimas de los trabajadores israelíes. En el asentamiento de Givat Ze’ev, los palestinos ya no podrán ser desde ahoracontratados bajo la antigua ley jordana.
Sin embargo, esta no es la realidad de los trabajadores palestinos en todo el territorio ocupado. Los trabajadores de Tulkarem aún se enfrentan a condiciones de explotación dramáticas. Los empresarios han argumentado que la zona industrial cerca de Tulkarem cae dentro de una categoría especial según los Acuerdos de Oslo, por lo que los trabajadores palestinos del asentamiento de Nitzanei Shalom continúan estando sujetos a las leyes laborales jordanas antes que a las leyes israelíes.
Aunque la intención fundamental de los trabajadores palestinos y de su lucha es la liberación, la justicia y el regreso de los refugiados, incluyendo el fin de los asentamientos israelíes y sus industrias, la lucha de los trabajadores contra esas condiciones es crucial para asegurar que Israel no pueda sin trabas sacar provecho de su régimen de ocupación y apartheid.
Es evidente como las fábricas en esta zona industrial del asentamiento y sus beneficios alimentan las políticas racistas israelíes. Se han vuelto un elemento central en el proyecto de colonización israelí a través del uso ilegal de los recursos naturales y laborales palestinos dejándolos sin otros medios de ganarse la vida.