Lo que primero comenzó como una protesta diaria en el barrio de Sheikh Jarrah de Jerusalén contra la inminente limpieza étnica israelí de seis familias palestinas allí y las protestas del Ramadan en la Puerta de Damasco y en la Mezquita de Al-Aqsa en Jerusalén, se esparció espontáneamente al resto de la Palestina Histórica y a crecido hasta convertirse en un levantamiento masivo.
Esta no es una revuelta popular contra la limpieza étnica de seis familias en Sheikh Jarrah o contra las restricciones del acceso a los palestinos a la Mezquita de Al-Aqsa durante el Ramadan. Al contrario, es un levantamiento, o lo que los palestinos llaman una Intifada, contra décadas de apartheid israelí y colonialismo.
Nuestra actual Nakba tiene que terminar
Lo que ha estado pasando en Jerusalén desde hace semanas es parte de la actual y periódica Nakba [Catástrofe] del pueblo palestino. La Nakba sigue ocurriendo como continuación de las acciones pasada israelíes y las aplicaciones presentes de los planes de colonialismo para forjar otro futuro. Israel avanza en la limpieza étnica de Palestina, en el borrado total de la existencia de los palestinos y en la guetización de nuestro pueblo en enclaves cada vez más pequeños punteados por asentamientos israelíes, el Muro del apartheid, los puestos de control militares y las carreteras de circunvalación.
Hoy, los palestinos de todas las generaciones, particularmente los jóvenes,se juntan en una unidad asombrosa como una fuerza exigiendo la liberación de Palestina.
En la Cisjordania ocupada, el levantamiento actual representa un rechazo a los estratos de opresión. Cuando la juventud sale a las calles cada día, piden el fin del paradigma y de las políticas definidas por la Autoridad Palestina (PA por sus siglas en inglés). Ellos encarnan el rechazo del marco político a los Acuerdos de Oslo, que no son más que un obstáculo en el sendero de la lucha contra el sistema triescalonado israelí de opresión: Colonialismo, apartheid y ocupación militar. La AP, que fue formada como parte de los Acuerfdos de Oslo firmados por la Organización por la Liberación de palestina en 1993, es vista por los palestinos como una autoridad traidora que mantiene la coordinación de la seguridad con Israel, ayudando al régimen del apartheid que los oprime al suprimor cualquier movimiento juvenil.
El aparato israelí de violencia ha centrado siempre su represión del movimiento de liberación de Palestina en la juventud. Entienden muy bien el papel esencial de la juventud en cualquier alzamiento.
Miles de jóvenes y niños palestinos son presos y torturados casa día. Muchos jóvenes son asesinados duriante las protestas en los puestos de control israelíes.
Sin embargo, décadas de oppression israelí han creado una generación de jóvenes llenos de energía para levantarse y pedir sus derechos simimportarles las consecuencias.
Ramallah, la Fortaleza de la AP es una entre cientos de zonas en toda Cisjordania, donde los jóvenes se han levantado en los puestos de control militares israelíes. Cada día, cientos de jóvenes manifestantes se reúnen en el puesto de control de Beit Eil y repiten las escenas de la primera Intifada palestina: quema de neumáticos como forma de que a los soldados israelíes les sea más difícil el dispararle a los manifestantes, canto de eslóganes nacionales y arrojar pequeñas pìedras a los soldados israelíes fuertemente armados a los que no alcanzan ya que están en la cima de una colina.
Zaher (un seudónimo), de 26 años, narra que le motiva a manifestarse cada día en el puesto de control de Beit Eil diciendo:
“Vengo cada día porque quiero defender nuestra causa justa. También protesto para apoyar a mi pueblo que está siendo masacrado por la ocupación israelí en Gaza y por mi pueblo abusado y amenazado con la limpieza étnica en Sheikh Jarrah.
Al venir aquí ni importa si arrojar piedras o no es importante, lo que queremos es recordarles a ellos y al mundo que hay un pueblo palestino que existe y no puede ser totalmente ignorado u olvidado.
Aunque estamos desarmados, los soldados israelíes usan una violencia tremenda contra nosotros porque son cobardes. Nos temen ya que saben muy bien de que esta no es su tierra. Saben que es a través de uso de la fuerza excesiva que podrán despojarnos de nuestra tierra ancestral y la reclaman falsamente como herederos.
Hoy, nos estamos demostrando a nosotros y a todo el mundo que cree que somos una generación débil y pasiva incapaz de defender nuestros derechos que somos Fuertes y queremos un levantamiento para liberar nuestro país.
Los colonizados, que están oprimidos y cuya identidad está amenazada con eliminación no pueden rendirse sobre sus derechos. El levantamiento de mi pueblo en la palestina de 1948 y en otras zonas es el ejemplo perfecto de esto.”
Yara (un seudónimo) es una chica de la escuela secundaria que moviliza a la gente para que vengan al puesto de control y protesten por la opresión israelí. Ella dice:
Tenemos que protestar cada día hasta que realicemos nuestro derecho inalienable a la auto-determinación. Tenemos que recordar que nuestra Resistencia es importante para liberar a miles de presos que están siendo deshumanizados en los calabozos coloniales israelíes.
Hace pocos días, conmemoramos el 73 aniversario de la Nakba cuando fue creado Israel sobre las ruinas de mi pueblo.
Setenta y tres años después, estamos aquí no solo para aseverar que nuestra Nakba aún está sucediendo; sino también para enfatizar que ahora es el momento de ponerle fin a esta Nakba que nos ha sido infligida desde hace más de siete décadas.
Esto puede ser logrado a través de nuestra resistencia y nuestros sacrificios no a través de acuerdos de paz con los colonizadores de nuestra tierra que nos niegan el más básico de nuestros derechos.”
Como Zaher y Yara, Rami (un seudónimo) de 23 años, cree que ponerle fin a la opresión israelí para cumplir con los derechos que les han sido negados a ellos y a todo el pueblo palestino, requiere que ellos sigan resistiendo y continúen levantándose. El declara:
“La firma de los Acuerdos de Oslo ha sido en detrimento de nuestra lucha anti-colona. No deberíamos llamarlos acuerdos de paz; al contrario, Oslo es solo un acuerdo de capitulación que ha servido solo para la colonización israelí de nuestras tierras.
Hemos visto las consecuencias de este acuerdo y años de intentos israelíes para suprimir nuestra resistencia: Relacionar el régimen colonial israelí con lo que está sucediendo en Jerusalén es solo un ejemplo entre otros.
Por lo tanto, cuando vi que a la ocupación israelí intentando borrar la existencia palestina en Jerusalén de maneras diferentes durante el mes del Ramadán, creo que la ocupación está cruzando una línea roja que nunca debería ser cruzada sin que expresemos nuestro rechazo y nuestra indignación.
No les temo a esos soldados y estoy listo para continuar levantándome no importa la violencia que usen contra mí. Hace algunos años, me dispararon en la pierna, fui arrastrado por los soldados israelíes y golpeado por tres hora aunque estaba sangrando.
Entonces me encarcelaron por semanas. Creyeron que me enseñaron una lección para que nunca más protestara contra ellos. Aún así, han fallado ya que no puedo ver más catástrofes cayendo sobre nuestras cabezas sin reacción.”
La Resistencia es el poder del oprimido
Llenos de energía, determinación y una inquebrantable intrepidez para resistir el apartheid israelí, Zaher, Yara y Rami se levantan por millones de palestinos por toda la Palestina Histórica que han estado soportando la deshumanización, subyugación y humillación israelíes.
En Cisjordania y en la Franja de Gaza, Israel ha estado apostando por su sistema opresivo para romper la voluntad de la resistencia palestina para crear una generación temerosa y pasiva. En la Palestina de 1948, los programas israelíes para borrar la identidad palestina y las leyes para suprimirlos y alienarlos del resto del pueblo palestino han fallado hasta hoy en medio de una generación de jóvenes que están listos para volcar la mesa de sus opresores y de los que niegan su humanidad.
En el dibujo se lee: “Jerusalén nos pertenece.”
A través de su levantamiento, acumulan los levantamientos previos conducidos por las generaciones previas y eliminadas por Israel. Aún en los momentos más oscuros de la lucha anticolonial palestina, los palestinos nunca se han rendido en el cumplimiento de sus derechos. Ante la ausencia de un levantamiento y en confrontación directa con sus colonizadores, han estado haciendo la resistencia diaria para mantener su existencia en sus tierras a través de la cultura del sumud [firmeza].
Después de que la comunidad internacional les haya fallado ante el fin del apartheid israelí y las prácticas coloniales, la generación más joven de Palestina que se están manifestando en las calles ahora han adoptado plenamente lo que una vez dijo Martin Luther King: “La libertad nunca está dada voluntariamente por el opresor; debe ser exigida por el oprimido.”