Ayer, miles de palestinos tomaron las calles de Hebrón, Ramallah y Belén pidiendo el derrocamiento de la Autoridad Palestina y la cancelación de loa Acuerdos de Oslo firmados con Israel en 1993, incluyendo la coordinación de seguridad con el ejército israelí.
Estas protestas surgieron después del asesinato brutal del activista político Nizar Banat por unas dos docenas de agentes de las fuerzas de seguridad de la AP el Jueves 24 de Junio del 2021.
Como en las protestas anteriores, las manifestaciones de ayer se encontraron con el uso excesivo de la violencia para suprimir y dispersar a los manifestantes pacíficos que estaban pidiendo el desmantelamiento del sistema autoritario de la AP como parte responsable y al ser los asesinos de Banat.
En Ramallah, una vez que cientos de personas se juntaron en la Plaza Al-Sa’ah a las 6.00 PM, cientos de agentes de seguridad de la AP con ropa de civil invadieron el lugar y comenzaron a dispersar a los manifestantes a través del uso de la violencia.
Muchos manifestantes, hombres y mujeres, fueron golpeados grave y salvajemente por las fuerzas de seguridad encubiertas. Los que intentaban rescatarlas se encontraron con más violencia.
Las mujeres eran el blanco particular de las fuerzas de seguridad. Según testimonios del equipo de Stop the Wall que estaba en la zona, se vio a muchas mujeres gritando en las calles de Ramallah. Algunas fueron asaltadas violentamente y otras fueron atacadas sexualmente.
Miembros de los equipos de control de las violaciones de los derechos humanos como Al-Haq’s fueron asaltados por las fuerzas de seguridad en un intento de detenerlos de la filmación de las violaciones de los derechos humanos cometidos por ellos.
Las fuerzas de seguridad también atacaron a los periodistas, dañaron y confiscaron sus equipos para ocultar la horrenda represión de los manifestantes pacíficos.
Las fuerzas de seguridad encubiertas usaron porras, espray de pimienta y alambres para asaltar a los manifestantes e intimidarlos.
Todos los as altos violentos fueron cometidos bajo la protección de policías de uniforme armados.
Debido a la brutalidad de las fuerzas de seguridad y a la confabulación de la policía con ellos, el equipo de Stop the Wall no pudo sacar fotos ni filmar la gran cantidad de violaciones de los derechos humanos que tuvieron lugar ayer en Ramallah.
Tanto en Hebrón como en Belén, los manifestantes también se encontraron con la violencia. Con porras, gas lacrimógeno y granadas aturdidoras, las fuerzas armadas de seguridad de la AP reprimieron a los manifestantes.
Los palestinos ven en sus protestas continuas contra el autoritarismo de la AP, seguridad y urgencia no solo para hacer responsables a los asesinos de Banat, sino para protegerse de más violencia y de la supresión de la libertad de expresión y de reunión.
Nizar Banat, de 43 años, padre de cinco hijos, era un agudo crítico del autoritarismo y del sistema de seguridad de la AP de quien los manifestantes piden su desmantelamiento. Los palestinos creen que este sistema opresivo solo sirve para el atrincheramiento de Israel en su sistema de opresión a tres niveles: Colonialismo, apartheid y ocupación militar.
El autoritarismo de la AP es un régimen que permite un mayor espacio de colaboración con la ocupación israelí a través de la coordinación de seguridad con el ejército israelí.
La consolidación de las estructuras opresivas de la AP por la cual Banat y otros antes que él han perdido la vida ha sido activada a través del apoyo de Occidente, principalmente los EE.UU. y la Unión Europea a sus fuerzas de seguridad.
La ayuda europea y Americana a los procesos de reforma de seguridad post-2007 como parte del llamado proyecto de construcción del estado dio como resultado la ausencia de democracia y responsabilidad. El apoyo que le ha sido dado a la autocracia de la AP antes que al pueblo bajo la ocupación israelí también ha minado el proyecto de descolonización palestino a través de la solidificación del régimen colonial israelí.