***image2***La Campaña contra el Muro Apartheid, junto con el Comité Local Contra el Muro Apartheid en la aldea de Kafr Qaddum, organizaron una manifestación el 19 de Febrero. La marcha por el camino principal de la aldea culminó con discursos demandando la destrucción del muro y el cese de la opresión diaria que deben soportar los palestinos de parte de las Fuerzas de Ocupación. Esas medidas han sido implementadas gradualmente para expulsar a los palestinos y asegurar un mayor territorio al asentamiento de Shomron.
Las Fuerzas de Ocupación cerraron las dos puertas de entrada a la ciudad de Qalqiliya en el 2002. Desde entonces los palestinos han utilizado un camino de tierra que conduce a la aldea de Hajja en el sur. A pesar de los intentos de rehabilitar el camino, la lluvia caÃda durante el invierno lo arruinó y dejó a los 4000 habitantes de la aldea sin medios para movilizarse. Después de algunas presiones, las Fuerzas de Ocupación permitieron a la gente a usar las dos puertas que habÃan sido cerradas. Sin embargo las puertas se abren durante 5 minutos por hora, demostrando la manera racista en que la Ocupación maneja sus operaciones en Palestina.
Sin embargo, la provocación no termina aquÃ. Con cada semana que pasa, el número de horas durante el cual las puertas están abiertas disminuye. En un principio las puertas estarÃan abiertas por cinco minutos cada dos horas. Ahora sólo están abiertas unos pocos minutos al dÃa. Además los palestinos son agredidos fÃsicamente en forma continua por los colonos del asentamiento de Qedumim, construido sobre 7000 dunums (1 dunum = 1000 m2) de las tierras de la aldea. Ãstos regularmente lanzan piedras a los campesinos que esperan en las puertas. El racismo de los soldados de la Ocupación no tiene lÃmites, prueba de ello es el reciente caso de un niño que estaba sangrando y fue forzado a esperar dos horas en la puerta hasta que le permitieran pasar. Esta discriminación se aplica también a los profesores que van a sus escuelas.
Las polÃticas opresivas de la Ocupación en contra de la gente en Kafr Qaddum han alcanzado un punto donde el silencio no puede seguirse tolerando. El Muro parece estar forjando más miseria para el futuro de los palestinos: un pueblo apresado en guetos, controlado por puertas y expuesto a las más viciosas formas de racismo.
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