Desde el 25 de febrero, cuando se anunció la invitación a Túnez hecha al primer ministro israelà Ariel Sharon, la población del paÃs se moviizó para evitar su visita. Israel, y particularmente Sharon, que espera participar en la âCumbre Mundial de la Sociedad de la Informaciónâ (âWorld Summit on the Information Societyâ) que se celebrará en Túnez el próximo mes de noviembre, son ampliamente rechazados en ese paÃs por sus continuos crÃmenes de guerra y la limpieza ética del pueblo palestino.
La invitación al primer ministro israelà se convierte no sólo en una bofetada en la cara a la población palestina, sino que también, es una muestra de arrogancia hacia los sentimientos del pueblo de Túnez.
Los estudiantes fueron los primeros en movilizarse en las universidades de Túnez, el área de al-Managem, Dev y Sfax, at-Thaqif y Kairuoan. La movilización universitaria fue rápidamente secundada por una amplia gama de organizaciones de la oposición, tanto legales como prohibidas. Diferentes sindicatos, junto con ONGs de Derechos Humanos, partidos polÃticos (de izquierda e islámicos) y movimientos sociales, han unido sus fuerzas para resistir las maniobras del gobierno tunecino para normalizar sus relaciones con Israel. Estas habÃan sido congeladas desde el comienzo de la segunda Intifada.
El viernes 4 de marzo una manifestación unificada fue convocada por la oposición, que fue prohibida por el gobierno y reprimida por la policÃa. Violentos enfrentamientos entre los manifestantes y la policÃa, con muchÃsimas personas lesionadas y arrestadas reflejan la determinación del pueblo de no admitir a Sharon en su paÃs. Néjib Chebbi, Presidente del Partido Democrático Progresista, demandó al gobierno que cancelara la invitación y destacó que si ésta sigue adelante âSharon estará obligado a caminar sobre nuestros cuerposâ, reflejando la profunda animosidad que el pueblo tunecino siente contra el Apartheid israelà y hacia uno de sus más destacados criminales de guerra.
Dos dÃas después del anuncio tuvo lugar una huelga de abogados en solidaridad con Palestina. El apoyo también llegó desde diáspora tunecina en Francia y de los grupos de solidaridad con Palestina en ese paÃs. Estas acciones del común de la gente tunecina como parte del movimiento global para cortar los lazos de la cooperación polÃtica y económica con Israel. Los activistas tunecinos están bien conscientes que el Apartheid israelà solo puede sobrevivir con la ayuda de la comunidad internacional.
Muchos consideran que la maniobra del gobierno tunecino es un intento de calmar las presiones de EE.UU. Túnez ha recibido duros e hipócritas ataques tanto de la UE como de EE.UU con vistas a la cumbre mundial debido a las restricciones de libertad de expresión del régimen. La normalización de relaciones con Israel es una reacción tÃpica de algunos paÃses para evitar la presión polÃtica o económica de EE.UU. La adhesión al âGran proyecto para Oriente Medio,â que garantizará la supremacÃa occidental sobre el mundo árabe y de este modo âel negocio habitualâ con el Apartheid israelÃ, es el precio que los gobiernos árabes tienen que pagar para asegurar el apoyo de EE.UU. El pueblo de Túnez siente que resistir al proyecto sionista de expulsión y ocupación de Palestina es solidaridad asà como defensa del propio derecho de autodeterminación.
El futuro de esta espontánea y nueva alianza para detener la visita de Sharon, y de cualquier normalización de relaciones con el estado israelà del Apartheid, está comenzando a definirse. Es importante, sin embargo, que Israel y los intentos internacionales para llegar a un nuevo âproceso de pazâ basado en la aceptación y normalización del Muro del Apartheid, la actual ocupación israelÃ, colonización, limpieza étnica y destrucción de tierras y vidas en Palestina está siendo contestada por la población palestina y quienes luchan por la libertad y la justicia con mayor determinación de nunca.