“Desconexión” desde guetos y muros:desafíos de la lucha de liberación palestina bajo el mito de la victoria
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“Desconexión” desde guetos y muros:desafíos de la lucha de liberación palestina bajo el mito de la victoria

Sin lugar a dudas, la Ocupación Sionista de Palestina no evacuó a los colonos de Gaza por buena voluntad. La Ocupación entendió que nunca podrá derrotar a los palestinos de Gaza y, a pesar de todos los crímenes israelíes, estados de sitio y masacres, la resistencia palestina nunca se dará por vencida. Israel falló en sus intentos de crear un conflicto palestino interno en Gaza. Se convirtió en un proyecto costoso y pesado para el sionismo y una perpetua fuente de miedo para sus soldados y colonos.

Hasta ahora, en medio de las celebraciones por la “victoria” palestina -promovidas por varias fuerzas políticas y la fanfarria mediática que incluye medios de comunicación árabes e internacionales que han cubierto en directo cada paso de la evacuación de los colonos- el pueblo palestino continúa en medio de la frustración, sabiendo perfectamente que tendrá que pagar un alto precio por la llamada “desconexión”. Mientras en Cisjordania se acelera la construcción de los guetos del Apartheid y sus entradas, la expansión de los asentamientos y la apertura de nuevas carreteras de uso exclusivo para colonos, Gaza se ha convertido en una prisión aún más grande. La imagen de los trabajadores alineados en el puesto de control de Erez está grabada en nuestra memoria, y parece que Cisjordania está destinada a un futuro similar. Al mismo tiempo Jerusalén es tratada como si ya hubiese sido étnicamente limpiada y todas las oportunidades de salvarla se han desvanecido.

Escapar de Gaza ha sido un viejo sueño de Israel que ha crecido sin interrupción desde el inicio de la primera Intifada. Ya Yitzhak Rabin deseó “que el mar pudiera tragarse a Gaza”, pero el actual mecanismo político de la Ocupación -y el incremento de la complicidad internacional con ella- convenció a Israel de que la “desconexión” no debía parecerse a un segundo “sur del Líbano” sino que aislar a Gaza con muros y barreras serviría como distractor de los reales objetivos de la Ocupación.

Esto supone, en primer lugar y antes que todo, desconectar Gaza de la Causa Palestina al tiempo que se mantiene un fuerte y exclusivo control sobre Cisjordania.

A través de los años de Ocupación, Gaza ha sido la llama de la resistencia, considerada por los israelíes como un terrorífico campo de batalla. La resistencia en Gaza se fortaleció debido a los continuos crímenes de la Ocupación catalizados por la densidad poblacional de la Franja y la presencia de enormes campos de refugiados, que han convertido a Gaza en un único e inmenso campo de refugiados. Hoy, el intento de desconexión de Gaza es una reminiscencia de los acuerdos de Camp David entre Egipto e Israel de 1979, que tuvieron éxito para neutralizar la posición egipcia en la Causa Palestina. El golpe total al movimiento de liberación palestino y árabe facilitó la invasión realizada por la Ocupación en el Líbano en 1982, como un intento por parte de Israel de erradicar completamente la resistencia palestina.

Mientras tanto, el proyecto de encerrar al pueblo palestino en enormes prisiones a lo largo de Cisjordania se ha visto acelerado y creará una nueva realidad que intensificará la resistencia popular. Preocupada por esta situación, la Ocupación quiere lidiar únicamente con la situación en Cisjordania, sin preocuparse de la resistencia de Gaza. Busca crear un escenario en el que Gaza se vea excluida de la lucha palestina, atada por nuevas cadenas y reducida a ser mera observadora de la expansión sionista, tal como otros estados árabes han hecho durante años. O, en caso de que la resistencia palestina continúe, Gaza entrará en una especie de conflicto interno con la Autoridad Palestina (que asumió la responsabilidad de la “seguridad”) mientras los misiles aéreos israelíes intentan quemar la tierra y al pueblo bajo la excusa de cualquier acción que sea desaprobada. En este caso, las masacres aéreas israelíes no serán consideradas por la “comunidad internacional” como crímenes, ya que Gaza será tratada más como un estado soberano que como una infernal prisión.

Segundo, que más allá de la “ingeniería demográfica”, avanza la ecuación de la Ocupación hacia un “Estado Judío” racista.

Tal como señaló recientemente el Ministro de Ocupación Mofaz, la desconexión provocará cambios demográficos fundamentales a favor de los intereses de Israel. Recientes estadísticas muestran que el número de palestinos en todo el Mandato Palestino es igual a la presencia judía. A través del corte de la Franja de Gaza, la Ocupación está en condiciones de eliminar 1,3 millones de palestinos de esta ecuación. En su última visita a Francia, Sharon declaró que su plan de traer a un millón de judíos de todo el mundo a Palestina puede ayudar a reubicar a los pocos miles de colonos en la colonización de otras partes del país. Si este plan se realiza, se creará un número mayor de “capacidad demográfica” judía de colonización y expulsión para asegurar los objetivos del Muro del Apartheid. La guetización de las áreas residenciales provocará que las futuras generaciones de palestinos no cuenten con espacio para vivir, se verán forzadas a una expulsión “voluntaria”, mientras que los refugiados de 1967 no tendrán un lugar al que volver dentro de Cisjordania.

Tercero, el control de la dirección política.

Debido a lo costoso e imposible que fue para la Ocupación mantener el control dentro de Gaza, la decisión unilateral israelí de evacuar a los colonos ha sido presentada como la única iniciativa política en el programa para conseguir el máximo beneficio para los ocupantes. Fue diseñada luego de negociaciones internas en Israel, sin tener en consideración ni la posición de Estados Unidos o de la comunidad internacional, negando cualquier tipo de presencia de la Autoridad Palestina (AP), pasando por alto incluso la retórica iniciativa norteamericana de la “Hoja de Ruta”. Israel ha determinado cómo, cuándo, en qué condiciones y el rol de la AP en la “desconexión” y esto ha determinado el camino para futuras “negociaciones”. Estas reglas han sido aceptadas completamente por la AP, y recibieron las alabanzas de Estados Unidos y Europa.

Esto supone una pequeña sorpresa dada por la influencia de los acuerdos de Oslo en el clima político actual, ya que Oslo intentó eliminar cualquier intento de liberación de la revolución palestina y convertir la Causa Palestina en un proyecto por un estado ilusorio. La lucha palestina por la libertad e independencia ha sido modificada en el llamado conflicto por tierras y fronteras, donde incluso la palabra Ocupación ha sido eliminada de los círculos políticos y en recientes conferencias como la de Sharm Al-Sheikh y la de Londres.

¿Qué es lo que sigue?

En unas pocas semanas las lágrimas se secarán y el polvo sobre las celebraciones de “liberación” se asentará. Despertaremos en una nueva realidad con escenarios familiares. Gaza como una enorme prisión rodeada por Muros, infraestructuras destruidas, altos niveles de desempleo, una devastada economía dependiente de la economía israelí, problemas sociales y una severa polarización de las fuerzas políticas que contribuirán a la ansiedad y miedos por el futuro de nuestro pueblo. El mar permanece sitiado, el agua y la electricidad bajo control completo de la Ocupación. Mientras tanto, Cisjordania está quedando cortada en una serie de miserables bantustantes y rodeada por Muros y entradas, con expansión de asentamientos que se están tragando lo que queda de tierras. Prisiones al aire libre y guetos están trasformando la realidad, en donde será imposible vivir.

En Jerusalén, el proyecto de limpieza étnica que comenzó con la ocupación de la ciudad continúa con la expulsión de la presencia palestina de su capital debido al Muro. En el próximo mes, más de 120.000 jerusalemitas serán separados tanto de Jerusalén como de Cisjordania. Perderán su derecho a residir en la ciudad (las leyes racistas de la Ocupación los han declarado residentes “temporales” desde el comienzo de la Ocupación de la ciudad). Al mismo tiempo, miles de unidades de viviendas para israelíes serán agregadas a las colonias existentes, mientras nuevos asentamientos están siendo construidos en una masiva judaización de la ciudad de Jerusalén.

La actual fase del proyecto sionista en el plan sistemático de expulsar a la población palestina -política que comenzó en el siglo pasado y que persiste hasta el día de hoy- está a punto de provocar un nuevo desastre en Palestina a través de la guetización y la renovación de la colonización. Volver a enfocar nuestra lucha bajo estas condiciones nos lleva a considerar: ¿Cómo la AP hará frente a esta nueva realidad impuesta por la Ocupación? ¿Qué es lo que los partidos y facciones políticas palestinas planean hacer? ¿Hay un plan nacional para afrontar este proyecto y fortalecer la resistencia palestina? ¿Hay un programa nacional que movilice al pueblo palestino en todo el mundo? ¿O sólo debemos esperar otra decisión israelí de evacuar unos cuantos asentamientos aquí y allá con las nuevas condiciones que traerán consigo?

En este momento crucial, lo que estamos pidiendo a nuestros partidarios en todo el mundo no es encontrar la manera de hacer el proyecto israelí “menos doloroso” sino seguir los caminos emprendidos por la diaria resistencia popular en la lucha por nuestra libertad y las metas de una liberación y justicia genuinas.