Un criminal de guerra frente a la ONU:Aplausos para la Ocupación israelí con desprecio hacia las vidas palestinas
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Un criminal de guerra frente a la ONU:Aplausos para la Ocupación israelí con desprecio hacia las vidas palestinas

Hace 23 años, entre el 17 y el 19 de septiembre de 1982, cerca de 2.000 personas palestinas refugiadas en los campos de Sabra y Shatila fueron brutalmente masacradas bajo las directrices de Ariel Sharon. Hoy el criminal de guerra es el primer ministro de Israel y con la invitación de Naciones Unidas se dirigirá a su 60ª Asamblea General. Ahí recibirá el aplauso de la comunidad internacional por la última jugada de la Ocupación: la “desconexión” de Gaza. Esta milagrosa transformación de Saúl a Pablo es la nueva estrategia de relaciones públicas de Israel, un falso discurso de “paz” vergonzosamente repetido por los medios de comunicación internacionales y los gobiernos de todo el mundo.

Contra esta invitación y en memoria de Sabra y Shatila, la población palestina de Cisjordania y Gaza está organizando manifestaciones masivas frente a las oficinas de la ONU y el Muro del Apartheid. Unida en su determinación para resistir las continuas masacres y expulsiones de su gente, el pueblo palestino continúa, después del simulacro de retirada, luchando contra la continua colonización, confiscación y ocupación de su tierra. La ONU podría estar deseando olvidar de los crímenes de la Ocupación, evitando la implementación de incontables resoluciones y pasando por alto las realidades que se forjan en la práctica. La población palestina no.

Ellos entienden la agenda colonial y expansionista tras la “desconexión”. En Gaza, en medio de la celebración de que la resistencia popular convenciera a la Ocupación de que la retirada era necesaria, el pueblo palestino está plenamente consciente de que la Franja quedará como la prisión al aire libre más grande del mundo. La población refugiada de Gaza quiere poner fin a la vida en campos de refugiados (con o sin fuerzas de Ocupación que vigilen) y volver a su hogar.

En cambio, la “desconexión” se propone reconducir la resistencia en Gaza hacia disputas inter-palestinas, y con una enorme propaganda dirigida a asegurar la desviación de la opinión mundial lejos de la construcción de un Muro del Apartheid que roba el 47% de Cisjordania e impulsa la limpieza étnica de la población palestina en su capital, Jerusalén. Con la prensa mundial y las agencias internacionales como la ONU favoreciendo su juego, el simulacro de retirada transcurre sin que se preste atención a los brutales delitos que Israel lleva a cabo. Tal y como afirma Livni, ministro de la Ocupación: “Debemos tomar ventaja de la excepcional situación que se presenta para reforzar los bloques de asentamientos”.

Sharon comenzó su carrera de carnicero en 1952 cuando siendo comandante del ejército sionista supervisó la matanza de 69 pobladores de Qibya. Él carga con la responsabilidad de la masacre de Sabra y Shatila y se mantiene como cerebro de las políticas de asentamientos de la Ocupación en Cisjordania, Jerusalén y Gaza. Hoy completa el proyecto del Muro del Apartheid preparado por sus predecesores. Recompensar a Sharon con una alocución en la ONU, en lugar de intentar juzgarle por sus antiguos y nuevos crímenes de guerra, cae de lleno en la más provocativa hipocresía y en el más desvergonzado desprecio por la legislación internacional.

En lugar de expulsar a Israel de la ONU por la perpetua violación de los principios de su carta fundacional, o su continuo desprecio de sus resoluciones, la ONU prepara una enfermiza serie de felicitaciones hacia Israel. Se le resta importancia a las diarias violaciones al derecho internacional por parte de la Ocupación y a la completa negativa a aceptar la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el derribo del Muro del Apartheid, hasta convertirlas en detalles sin importancia.

Hoy los EE.UU., país dominante en la ONU, quiere “no presión, sino tiempo” para Sharon: el tiempo necesario para completar la construcción del Muro del Apartheid y asegurar la judeización de Jerusalén. El discurso modelado representa una cínica combinación entre la notoria ceguera que demuestra la comunidad internacional frente a los crímenes de la Ocupación, y la retórica sobre los “compromisos positivos” desarrollada por los poderosos seguidores del Apartheid de Sudáfrica. El argumento de que podía haber finalizado el apartheid al celebrar los bantustanes como “concesiones” hacia la población indígena, y abrazar el régimen racista de colonos con más financiamiento y reconocimiento internacional, fue tan ridículo como el actual discurso con el aplauso favorable hacia la versión sionista del Apartheid y la Ocupación. Una vez más, los pueblos del mundo han comprendido que el único camino para ayudar a la lucha palestina por la justicia y el fin de la Ocupación es el aislamiento internacional del régimen racista y opresivo – económica, política y culturalmente. En contra de la actual lucha palestina y su creciente movimiento de solidaridad, la ONU prefiere invitar a Sharon para que hable.

En este contexto, se vuelve crucial para el sionismo y sus defensores contar con la Autoridad Palestina para legitimar las maniobras israelíes. A la AP se pide que asegure el fin de la resistencia contra la actual Ocupación, la construcción del Muro y los ataques militares, y que negocie sobre del estatus de los fragmentados, desconexos y amurallados guetos localizados sobre el 12% del Mandato de Palestina. Se les ha pedido que aporten la logística y la administración económica para beneficio de la Ocupación y el capitalismo global que se aprovechará de los palestinos transportados desde sus guetos hacia las zonas de producción industrial. Sin embargo, el pueblo palestino y sus movimientos populares no están interesados por firmar su sumisión a una vida en prisiones al aire libre.

El discurso de Sharon en la ONU intentará convertir los sentimientos de quienes se oponen a la vida en guetos, la limpieza étnica, la expulsión y la Ocupación en Palestina como desagradecidos extremistas. La resistencia popular a lo largo de Cisjordania y Gaza continuará liderando la vanguardia de la lucha palestina y de sus colaboradores internacionales. Las manifestaciones de los próximos días no se apagarán. Masivas protestas están preparadas para la tercera Semana contra el Muro del Apartheid (9-16 de noviembre) destacando la resistencia del pueblo palestino en su búsqueda de liberación y justicia.

La jugada de la ONU para acoger a Sharon es tan asesina como el estado y la carrera que él representa. Aceptando la ayuda a la estrategia israelí, los gobiernos y los medios de comunicación cargan con la misma responsabilidad sobre la destrucción de vidas y tierras palestinas que el ejército de Ocupación que protegía a la milicia falangista y les alumbraba con bengalas a los carniceros de Sabra y Shatila.