La indignación en Bahrein asegura el pleno boicot a los productos del Israel del Apartheid y se mantiene como uno de los pilares de la política exterior del país
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La indignación en Bahrein asegura el pleno boicot a los productos del Israel del Apartheid y se mantiene como uno de los pilares de la política exterior del país

***image2***La decisión tomada a finales de septiembre por el gobierno de Bahrein de acceder a las presiones de Estados Unidos y poner fin al largo boicot a Israel, para así asegurar tratados de libre comercio con dicho país, ha sido duramente criticada tanto en las calles como en el Parlamento.

El 7 de Octubre, justo antes del debate parlamentario sobre esta decisión, se realizaron dos manifestaciones. Unas 250 personas protestaron a las puertas de la Mezquita de Abdullah bin Darwish Fajro en Riffa oriental, mientras que otras 250 más se reunieron en la Mezquita de la Sociedad Islámica en Muharraq. En las manifestaciones, encabezadas por la Sociedad Nacional Islámica Al Minbar, participaron políticos, organizaciones civiles y demás.

El diputado Sheij Muhammad dijo que Bahrein no debería ir en contra de sus principios simplemente por el mero beneficio económico. “Necesitamos seguir mostrando nuestra solidaridad con el pueblo palestino y no dejarnos llevar por el dinero.” “Estamos aquí para mandar un mensaje al gobierno de Bahrein y a sus líderes, para decirles que estamos completamente en contra de esta decisión”, dijo el diputado Salah Ali a la multitud mientras les instaba a seguir boicoteando los productos israelíes, fuera cual fuera la decisión del gobierno.

Sin embargo, después de las muestras de indignación que se pudieron ver durante el debate parlamentario sobre la decisión del gobierno de levantar el boicot a Israel, el Parlamento votó a favor de restituir el boicot y volver a abrir la Oficina oficial de Boicot de Bahrein. Las disposiciones del boicot se han endurecido, debido a los votos de los diputados a favor de la redacción de un anteproyecto de ley por parte del gobierno que prohíba al país comerciar o cooperar con Israel, con cuatro recomendaciones, una de ellas la reinstauración de la ley de 1963 contra la normalización de relaciones con Israel. También exigieron una disposición que obligue a Bahrein a respetar los tratados del Consejo de Cooperación de los países Árabes y del Golfo en todo lo relacionado con Israel.

Los gobiernos de algunos países árabes y musulmanes han aprovechado los esfuerzos de la propaganda sionista, basados en la “desconexión”, para cesar el boicot y el aislamiento de Israel y recibir, a cambio, un trato favorable por parte de los Estados Unidos. Además del gobierno de Bahrein, el de Qatar también ha aceptado el argumento sionista para instar a los países árabes que respondan a la “desconexión” de Gaza con el inicio de conversaciones con Israel, e incluso Arabia Saudita ha contemplado la posibilidad de levantar su segundo boicot a Israel. Los ministros de Exteriores de la Ocupación y de Pakistán han mantenido conversaciones bilaterales en Turquía, un paso que ha provocado intensas protestas en todo Pakistán.

Para las Fuerzas de Ocupación, estas acciones serían un avance en un periodo donde el boicot, las sanciones y la retirada de inversiones de Israel están ganando terreno a nivel global, incluso en Occidente. Pero como han demostrado la revisión de la decisión del gobierno de Bahrein y las manifestaciones en Pakistán, ni las fuerzas políticas, ni los pueblos de estos países están dispuestos a abandonar su postura acerca del boicot. Aunque las élites árabes o musulmanas puedan ver intereses comunes con los intentos sionistas para normalizar las relaciones, la presión y la intensa propaganda de la Ocupación todavía no ha conseguido ningún éxito en cuanto a reinvertir la tendencia hacia el aislamiento global del Apartheid de Israel.