Globalizando la Ocupación
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Globalizando la Ocupación

Este año, el 9 de julio es un día amargo para los palestinos. El Ejército de la Ocupación sitia Gaza, masacra a su gente y ataca su infraestructura. Los guetos de Cisjordania toman forma tal como el Muro del Apartheid se aproxima a su terminación y el éxodo palestino de Jerusalén ha empezado. Más de 9000 palestinos se hallan en celdas de prisiones israelíes mientras que los palestinos que permanecen en sus tierras después de 1948 lo están la subyugación del sistema de Apartheid más cruel y discriminador.

La breve euforia de hace dos años, tras la decisión de la Corte Internacional de Justicia (CIJ) sobre el Muro, es un recuerdo lejano. Algunos saludaron una victoria de la ley internacional en Palestina cuando la CIJ declaro ilegal el Muro y condenó la ocupación junto a otros crímenes israelíes. Pidió a la comunidad internacional dar fuerza a la IV Convención de Ginebra y ” no dar ayuda alguna al Muro y a su régimen asociado.”

Dos años después, cuando el pueblo palestino se prepara para avanzar hacia las oficinas de las NN.UU., sabe que nadie ha hecho suyo este último veredicto para detener el recrudecimiento de la Ocupación en Palestina. La guadaña del Muro del Apartheid a través del paisaje se acerca a su finalización y forma parte de un complejo sistema de control junto a las carreteras fortificadas para uso exclusivo de los colonos, para robar el 48% de tierras de Cisjordania. Los palestinos de Gaza, el 80% de los cuales son refugiados de las tierras de las que fueron expulsado en 1948, son encarcelados detrás de dos Muros. Aislados y separados del resto del mundo, su privilegio después del simulacro israelí de “desconexión” es pasar hambre en la mayor prisión del mundo al aire libre, sujetos a continuos bombardeos, estampidos sónicos y con los servicios interrumpidos.

Ante estos crímenes, en un momento en que los palestinos luchan por su libertad llaman a aumentar los lazos de solidaridad, la reacción de la comunidad internacional y de los estados miembros de la ONU es mostrar su desdén por los esfuerzos palestinos para sacudirse los grilletes de la Ocupación. La comunidad global suplica por la liberación de un israelí prendido de un tanque, estacionado en las afueras del gueto de Gaza, mientras que los palestinos son apresados en sus camas, masacrados en las calles y la mitad de su gobierno y 1/3 del Consejo Legislativo Palestino son tomados como rehenes. Ruegan por su retorno aunque ignoran a los 9000 palestinos que se pudren en cárceles israelíes, de los cuales más de 400 son niños.

Las agencias globales reducen sus operaciones a misiones de indagación sobre la “situación Palestina” que especulan eternamente sobre problemas humanitarios como si Palestina estuviese arrojada a algún desastre natural. Recitando de un tirón todos los demás extensos informes humanitarios ni se lo plantean. Los palestinos no necesitan que el Banco Mundial le hable sobre su propia pobreza y no necesitan el apoyo retórico y vacío de gobiernos que fracasan en reiterar con hechos lo que sus palabras dicen. Los hechos sobre el terreno en Palestina están allí para que todos los vean. Necesitamos acciones. Necesitamos presión política a la Ocupación. Necesitamos libertad.

La manera en la que la comunidad internacional ha tratado la decisión de la CIJ (y de hecho cualquier otra resolución de la ONU, incluyendo el derecho de retorno de los refugiados) muestra a la ONU como una institución impotente y desacreditada donde la unidad de las potencias en el Consejo de Seguridad continúa supervisando y acatando la expulsión de nuestro pueblo.

La resolución de la Asamblea General que avaló la decisión de la CIJ sólo le pidió al Secretario General que construyera un inventario de los daños, perjuicios y pérdidas por el Muro. El disparate de hacer un inventario de daños y perjuicios siempre en crecimiento, en lugar de preparar las medidas concretas para presionar a Israel para que desmantelara el Muro es evidente. Peor todavía, el Secretario General se ha negado siquiera a visitar el Muro y prefiere no provocar a sus amos de Washington y Nueva York que le mueven los hilos. Y ahora, si apareciera ese inventario no podría completar evaluación alguna de pérdidas y aseguraría eficazmente que ninguna indemnización se obtuviera nunca de la Ocupación. Esto asegura al delincuente no tener que cesar sus crímenes de guerra, pero es más: que nunca se le considerará responsable.

Aunque el silencio de la comunidad internacional podría se chocante, los palestinos y sus partidarios son bien conscientes de las hábiles maquinaciones de las potencias globales cómplices con su Ocupación. Cada vez más, ellos han sido testigo de la evasión de responsabilidades por parte del gobierno global ante las leyes internacionales y perseguir la globalización de la Ocupación. Ahora la comunidad internacional, junto con Israel, impone sanciones al pueblo palestino por haber celebrado elecciones democráticas como el mundo le exigía.

Aspiran hacer caer la dirección palestina que se niega a ser dócil con los deseos de la Ocupación. Con esa meta llega la visión de crear nuevos mecanismos de control para pasar por encima de la Autoridad Palestina y de cualquier fuente de responsabilidad democrática que mane del pueblo palestino. El resultado es el Mecanismo Internacional Temporal (TIM), la nueva estructura proselitista de la UE para asegurar el control político y económico al Banco Mundial para que gobierne y subyugue a la población palestina. El mecanismo se establece aparentemente para destruir la estructura administrativa de la AP (excluyendo la Oficina Presidencial) mientras los bancos internacionales van a distribuir dinero a los hambrientos. Cuarenta millones de dólares, apenas un tercio del dinero disponible para crear este Mecanismo Internacional de Apoyo a la Ocupación, van directamente al Apartheid de Israel para pagar sus compañías de combustible y otros suministros básicos. Esto llega cuando la Ocupación continúa robando unos 75 millón de dólares todos los meses del dinero de los impuestos palestinos y con los que tales gastos eran anteriormente cubiertos.

Mientras Israel nos controla militarmente, nos confina detrás de Muros y esculpe nuestros guetos, las poderosas agencias globales soportan las cargas administrativas y financieras de la Ocupación buscando la subsistencia mínima para las personas encarceladas en los bantustanes. Cualquier atisbo de esperanza en que la ONU, la UE, la CIJ o el “Mundo Libre” puedan trabajar para hacer efectivos los derechos palestinos parece más distante que nunca. América Latina negocia Acuerdos de Libre Comercio con la Ocupación y los países asiáticos despliegan oberturas de normalización con el Apartheid de Israel mientras nuestro pueblo es masacrado en las calles.

Nuestras esperanzas así, se apoyan en la propia población, para acelerar el boicot, la desinversión y las sanciones (BDS) para aislar el apartheid de Israel y castigarlo por los crímenes de perpetrados contra nosotros. Son las de nuestros partidarios entre los millones de personas de todo el mundo que buscan las justicia, por lo que miramos de dar empuje hacia acciones de solidaridad y restituirle algo de dignidad a la ley internacional.

Urgimos a la aplicación de la CIJ, instamos a los signatarios de la Convención de Ginebra al cumplimiento de sus compromisos y exigimos medidas inmediatas para asegurar que todas las resoluciones de ONU se lleven a cabo, que la Ocupación acabe y nuestros refugiados vuelvan a casa. Mientras que el Banco Mundial, los Estados Unidos y la propia Ocupación pueden ser poderosos, continuarán encontrando un asunto renuente en el pueblo palestino que permanecerá fiel a los grandes ideales de libertad, justicia y liberación.