El miércoles pasado, los granjeros de Beit Iksa fueron comunicados de nuevas órdenes de confiscación emitidas por la Ocupación. Este nuevo robo de 600 dunums de tierra del pueblo será usado para la construcción del Muro. De acuerdo al consejo del pueblo, este terreno contiene un gran número de olivos, almendros y viñas. Para la mayorÃa de los pobladores de Beit Iksa, al noroeste de Jerusalén, esta producción es fundamental para su sustento. Esta situación es más crÃtica aún ya que se les ha prohibido a los pobladores poder trabajar en Jerusalén, lo que constituye esencialmente un estado de sitio económico.
Además aislará cerca de 10.000 dunums los cuales quedarán detrás del Muro. Entre confiscación, destrucción y aislamiento, se verá afectados cerca de 10.600 dunums de la tierra del pueblo. La dimensión del desalojo es inmensa, considerando que originalmente el pueblo contaba con 16.000 dunums, incluyendo las zonas residenciales.
El alcalde señala que estas órdenes militares constituyen una catástrofe para el pueblo y su gente. âEllos quieren transformar el pueblo en una prisión. Ellos quieren que emigremos y nos quieren expulsar. ¿Qué hará que la gente se quede si lo han perdido todo?â.
El mapa adjunto muestra cómo el Muro rodeará el pueblo desde el norte, extendiéndose por el poniente, con una longitud total de 6 kilómetros.
El caso de Beit Iksa es un claro ejemplo del rol que juega el sistema judicial israelà en la construcción del Muro y el desalojo de nuestro pueblo. En los primeros planes, ese suponÃa que este pueblo quedarÃa aislado por el Muro. Sin embargo, las âgenerosasâ decisiones de las cortes de la Ocupación ordenaron un cambio en el trazado del Muro para asegurar que menos palestinos quedaran en lo que se transformará en la Gran Jerusalén. Por lo que ellos ampliaron el gueto construido para rodear a las localidades al noroeste de Jerusalén, incluyendo Beit Iksa, la cual ahora está aislada de la gran parte de sus tierras y estrangulada por el Muro del Apartheid.
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