Ahmad Muwafaq Saleh Qabaha
Ahmad, 17 años, vive al oeste de JenÃn y es discapacitado. Tiene problemas de movilidad que afectan a la mitad de su cuerpo y severas dificultades cognitivas. Depende de sus padres para la mayorÃa de sus necesidades.
***image2***En mayo de 2004, cerca de la medianoche, Ahmad y su familia fueron despertados con fuertes gritos y golpes en la puerta.
â¡Abran la puerta! ¡Soldados!â
El padre de Ahmad, Muwafiq Qabaha fue hacia la puerta. HabÃa cinco soldados asaltando la casa y cerca de otros quince tomando posiciones fuera. El oficial decÃa que tenÃa una orden militar para arrestar a uno de sus hijos y dijo a Muwafiq que se lo entregara.
Muwafiq tiene tres hijos, de los que Ahmad, que tenÃa quince años en ese momento, era el mayor. Como Ahmad tiene una gran discapacidad su padre no imaginó que los soldados podÃan venir a buscarlo, por lo que llevó a sus otros dos hijos más jóvenes, Muatas y Faiz, ante los soldados de Ocupación. Pero ese fue el error de Muwafiq. El oficial examinó sus certificados de nacimiento âno tienen tarjetas de identificación- y comprobaron de nuevo sus órdenes militares: estaba claro que buscaban a Ahmad.
Muwafiq comenzó a explicar la situación al oficial: que su hijo mayor es discapacitado. Pero esto no importaba a la Ocupación. El oficial afirmó: âQuiero a ese chicoâ.
Exigió que le trajeran a Ahmad. Después, sin hacer más preguntas, los soldados comenzaron a insultar a Ahmad y a golpearlo.
Entonces los soldados dijeron a Muwafiq que iban a arrestar a su hijo alegando que habÃa tirado piedras contra el Muro que rodea la aldea. HabÃan hecho fotografÃas de algunos chicos. Era difÃcil distinguir sus caras.
Muwafiq no pudo identificar a su hijo, pero dijo a los soldados que Ahmad podÃa haber estado en ese lugar por casualidad. Muwafiq trabaja en el mantenimiento del generador eléctrico del pueblo, que está a 50 metros del Muro, y normalmente va acompañado por Ahmad. Pudo haber estado por allà cuando tomaron la fotografÃa.
Ahmad presenta una visible discapacidad y severas disfunciones mentales y motoras. No tiene responsabilidad legal y, de manera obvia, es incapaz de lanzar piedras. No obstante, el oficial insistió en que debÃa arrestarlo, a pesar de las protestas de su padre.
Las fuerzas de Ocupación tiraron a Ahmad al suelo y lo empujaron dentro del coche militar vestido con su pijama y sin zapatos, golpeándolo con las botas y la culata de sus ametralladoras.
No existe ninguna razón que disculpe el arresto de este muchacho. Muwafiq no podÃa entender cómo la Ocupación podÃa ser tan brutal. Pensó que los soldados se llevarÃan a su hijo hasta la puerta del Muro y que lo retendrÃan durante un tiempo para hacerle preguntas antes de dejarle libre. Siguió al coche al pasar la puerta. La patrulla que estaba allà estacionada le dijo que su hijo habÃa sido llevado a Salem y que él debÃa esperar hasta el dÃa siguiente para ver a los oficiales y a su hijo.
A la mañana siguiente Muwafiq fue hasta Salem con un abogado residente en las tierras del 48 y, después de una larga discusión, los soldados prometieron liberarle el siguiente dÃa. Pero no lo hicieron. Ese siguiente dÃa aumentaron el arresto a 26 dÃas más durante los cuales fue llevado al tribunal en dos ocasiones.
Llevaron a Ahmad encadenado de pies y manos, con un soldado a cada lado, para sentarlo en el banquillo de los acusados. El proceso judicial fue una farsa: el juez preguntó a un muchacho que no entendió una palabra de lo que se le dijo, y Ahmad habló de cuestiones inconexas. Cuando el juez le preguntaba él no hablaba. Todos en el juzgado se reÃan. Muwafiq intentó a veces responder en lugar de su hijo, pero no se le permitió. Ahmad fue acusado de lanzar piedras y quemar objetos en el Muro.
Esta era una acusación ridÃcula: si Ahmad hiciera fuego se
quemarÃa a sà mismo. Después de la segunda comparecencia en el juzgado la Ocupación acordó liberarlo con una multa de 2.000 shekels (1 shekel= 5â5 euros) y la amenaza de prisión si hiciera algo contra el Muro a lo largo del año siguiente.
Muâatas Samer Saleh Qabaha
Mu’atas Samer tiene seis años y vive en Toura.
El 4 de junio de 2006, cerca de las 4 de la tarde, estaba jugando con su hermana en el jardÃn cercano a su casa, a unos 15 metros del Muro. Su padre estaba trabajando cerca de la casa y su madre habÃa ido a visitar a la familia.
***image3***De repente, un coche militar se dirigió a gran velocidad hacia donde los niños estaban jugando. Fuerzas de Ocupación salieron y arrestaron a Muatas Samer, que en ese momento tenÃa 4 años. Su padre escuchó el ruido y pensó que sus hijos sentirÃan miedo, por lo que corrió hasta ellos. Cuando llegó quedó impresionado al ver que los soldados querÃan arrestar a Muatas Samer, alegando que habÃa tirado piedras.
El padre pensó que eso era una locura, pero los soldados insistieron. El señor Qabaha se negó a entregar a su hijo diciendo que era muy pequeño y que, tal vez, estaba jugando y tirando piedras pero que Muatas Samer no tenÃa fuerza para lanzar piedras con fuerza. Dijo a las fuerzas de Ocupación âNunca entregaré a mi hijoâ. El soldado llamó al oficial y después dijo que tenÃan que arrestar al niño. El padre mantuvo a su hijo entre sus brazos mientras que los soldados le empujaban. Muatas Samer estaba aterrorizado.
Cuando el señor Qabaha se dio cuenta del miedo que tenÃa su hijo dijo a los soldados que él acompañarÃa a su hijo. Finalmente estuvieron de acuerdo. Les pusieron cadenas a los dos y les llevaron en el coche hasta la zona militar que pertenece a la colonia sionista de Shakit.
Mantuvieron detenidos al padre y al hijo desde las 9 de la tarde hasta la noche y sólo los liberaron después de que el padre firmara un papel afirmando que, si su hijo lo hiciera de nuevo, pagará una multa de 2.000 shekels y que el señor Qabaha serÃa arrestado.
Muatas Samer está siendo tratado por un especialista en trastornos psicológicos.