La protesta se realizó gracias a las convocatorias del Comité Popular y del Ayuntamiento de Burin y de las fuerzas nacionalistas e islámicas. Cientos de personas se juntaron para celebrar la oración del viernes en la amenazada mezquita y las fuerzas de la Ocupación lanzaron gas lacrimógeno contra los manifestantes para intentar dispersarlos. Los manifestantes respondieron a los ataques con piedras.
Con asentamientos al norte, al este y al sudoeste, Burin es uno de los pueblos de la zona que continuamente sufre ataques de los colones.