Omar Ala ad-Din habÃa sido arrestado en el âcontainer del puesto de controlâ el Lunes 15 de Marzo. Permaneció siete dÃas encerrado siendo torturado y aún desafió a sus torturadores: âEste Viernes me verán otra vez en la protestaâ
Omar primero fue atacado fÃsicamente cuando los soldados del puesto de control lo detuvieron y lo golpearon con las culatas de sus rifles. El declaró que las palizas continuaron mientras estuvo encerrado. Las fuerzas de Ocupación continuaron usando las culatas de sus rifles para golpearlo en el pecho, en la espalda y en el cuello.
Una vez que llegó al centro de policÃa de Maâale Addumim, informa que tuvo que tirarse con su espalda en el suelo, donde lo asieron por las piernas y lo arrastraron por el suelo, que era áspero, hasta que su espalda quedó llena de arañazos.
Fue golpeado en sus piernas con palos. Los soldados apuntaban sus golpes a sus genitales dejándole justo el espacio para protegerse. Después centraron sus golpes con el palo en su cabeza y cuello. Cuando Omar tuvo que ser admitido en el hospital por 24 horas después de haber sido liberado, se le diagnosticó una conmoción leve por las palizas que recibió durante su encierro.
Además, Omar fue privado de dormir cuatro dÃas enteros mientras estuvo detenido.
El trato dado a Omar Ala ad-Din ha sido calificado de tortura y trato cruel, inhumano y degradante bajo la Convención contra la Tortura ya que el dolor se le infligió a propósito por un funcionario. Omar fue continuamente torturado en los tres lugares de detención diferentes a los que fue enviado durante sus seis primeros seis dÃas de arresto para sacarle información, castigarlo y sobre todo, para enviar una advertencia a los que intentan resistir la ocupación. Esto subraya la evidencia de que la tortura y el trato inhumano son permanentes en el sistema de detención israelÃ.
Omar fue interrogado repetidamente sobre su participación en las manifestaciones del Viernes en al Maâsara. No negó su compromiso en el activismo por los derechos humanos ni su participación en las manifestaciones populares. Aún después de dÃas de tortura y malos tratos desafió a sus captores prometiéndoles que volverÃa a la acción el próximo Viernes.
El caso de Omar es solo uno de los miles de caso en que los palestinos han sufrido tortura y un trato cruel, inhumano o degradante en las prisiones israelÃes. La tortura es un crimen, siempre. El sufrimiento de Omar no tenÃa otra finalidad que ser una advertencia – una advertencia para todos aquellos que se levantan frente al Muro y a la Ocupación, y para aquellos que hablan contra el apartheid israelà y sus violaciones de los derechos humanos.