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Arafat Shalish Shahin Jaradat, del pueblo de Sa'er en Hebrón, que fue detenido el 18 de febrero 2013, murió en la cárcel de Megido el 23 de febrero después de una serie de interrogatorios. La versión oficial de las fuerzas de ocupación era que había muerto de un paro cardíaco. Sin embargo, Jaradat no sufría de ninguna enfermedad y no tenía ningún problema crónico con su salud, cuando fue detenido. Así fue ninguna sorpresa cuando la autopsia reveló que en realidad había muerto a consecuencia de tortura y negligencia médica, con seis huesos rotos en el cuello, la columna vertebral, los brazos y las piernas y otros signos de tortura.
El asesinato de Arafat Jaradat ha desatado la frustración y la ira de los palestinos, y enfrentamientos aconteceron en Belén, Budrus, Betunia, Jenin, Al-Khalil, Kfar Kusra, Nabi Saleh, Kfar Qaddum, Al-Ram, Turmusaya y Jerusalén, así como en Huwara y los puestos de control militar de Qalandiya y Jalameh y en la Franja de Gaza. La Autoridad Palestina tanto como Israel están temiendo que este sea el comienzo de la tercera Intifada y hacen ltodo lo posible para calmar la situación. El levantamiento que ahora se llama de "intifada de los presos" – refiriéndose a los prisioneros palestinos torturados, asesinados y en huelga de hambre como resultado de su lucha contra la ocupación de Palestina.
Esto no puede, por supuesto, ser visto como la única causa de la escalada de la resistencia, sino más bien como la última pieza en la acumulación cada vez mayor de los ataques ala vida de todos los palestinos en el último par de años. Las dificultades económicas, la represión y la humillación diaria en los puestos de control militar israelí, las demoliciones de casas, la limpieza étnica en el Valle del Jordán y las otras áreas de Palestina, la prohibición para los agricultores palestinos a llegar a sus tierras y el aumento diario de los asentamientos ilegales y los ataques de los colonos contra aldeas palestinas son sólo algunos de los factores que han llevado al aumento de la resistencia que ahora estamos viendo en las calles.
Para calmar la revuelta, la ocupación israelí está ahora liberando fondos a la ANP que ha retenido ilegalmente antes. Sin embargo, es claro que nadie puede comprar su paz de parte de los oprimidos. No puede haber ninguna paz antes de que tengamos nuestra libertad!