El último ataque militar agresivo sobre Gaza desde el 7 de Julio del 2014, incrementó un boicot de productos israelíes en Cisjordania. El movimiento BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) fue fundado en el 2005, cuando más de 170 organizaciones de la sociedad civil palestina hicieron un llamamiento a los pueblos de todo el mundo para hacer a Israel responsable y aislarlo hasta que aplique la ley internacional y termine con sus violaciones de los derechos humanos palestinos.
Con el comienzo de la masacre en la Franja de Gaza, más palestinos y comercios locales por toda Cisjordania han decidido unirse al boicot de consumidores y dejar de comprar y vender artículos israelíes. Por toda Cisjordania hay pósters llamando a unirse al boicot de consumidores. En Ramallah, los dueños de los negocios han etiquetado los productos israelíes con avisos a sus clientes de que el 16 por ciento del beneficio irá para el ejército israelí. Esto detiene a muchos consumidores palestinos de comprar productos israelíes que apoyen a la actual ocupación.
De acuerdo con Ahmad Melhem, corresponsal de Al-Monitor y de US-News, la venta de artículos israelíes ha caído el 50 % en las últimas semanas.
Un comerciante de Ramallah, que escribió un cartel anunciando que estaba liquidando el último stock de artículos israelíes y que no pensaba volver a pedir más, habló con nosotros y explicó sus razones para unirse al movimiento de boicot local: “Abrimos mesta tienda en el 2008 y desde entonces estamos vendiendo artículos israelíes. Nos hemos unido al boicot de consumidores desde hace 15 días, porque nuestros clientes ahora se niegan a compra artículos israelíes y porque decidimos apoyar a la gente de Gaza“.
El crecimiento del movimiento del BDS ha mostrado ya sus efectos a nivel internacional. Recientemente, el Ministro de Hacienda de Israel Yair Lapid declaró que el reciente aumento de la retirada de fondos y de las desinversiones por parte de las compañías internacionales es una amenaza estratégica para la economía israelí. Por lo tanto el actual boicot económico tiene que continuar nacional y globalmente para presionar a Israel para que ponga un fin a sus políticas de ocupación, apartheid y colonialismo.