El Sábado activistas palestinos afiliados a comités de resistencia popular locales en las aldeas al noroeste de Jerusalén hicieron un boquete en el muro de separación para conmemorar el 25 aniversario de la caída del Muro de Berlín.
"No importa la altura de los muros que construyan, caerán. Como cayó el Muro de Berlín, caerá el muro de Palestina, junto con la ocupación," dijeron en una declaración los comités populares.
Los activistas dijeron que si intención al destruir el muro es también para subrayar que Jerusalén es una ciudad árabe y palestina, y que ni la construcción del muro de separación ni el reforzamiento del ejército israelí podrán impedir que los palestinos lleguen a Jerusalén y a la mezquita Al-Aqsa. Los activistas también hicieron un llamamiento por la unidad de los palestinos para tomar parte en la batalla por Jerusalén, para defender la mezquita al-Aqsa y todos los lugares sagrados islámicos y cristianos.
Fue hecho otro llamamiento al pueblo para que esté listo a tomar parte en la "intifada" de Jerusalén, la que dicen que podría ser "la intifada final y fatídica para liberar Palestina."
El Muro de Berlín cayó oficialmente el 9 de Nov. de 1989, después de haber dividido la capital alemana por casi 30 años.
El muro de separación israelí es en muchos lugares más del doble de alto y casi seis veces más largo, y corte a través de Cisjordania para aparentemente dividir a los palestinos en orden de asegurar la “seguridad” israelí.
Israel comenzó a construir el muro de separación en el 2002, y la ruta ha sido el blanco de manifestaciones regulares en los pueblos fronterizos cuya tierra está cortada por su paso. Israel ha confiscado regularmente grandes cantidades de tierra palestina para construir el muro. Cuando esté completado, el 85 por ciento de él habrá sido construido en la Cisjordania ocupada.
En el 2004 el Tribunal Penal Internacional falló que el muro de separación era ilegal y "equivalente a la anexión."
Los críticos han llamado al muro parte de un robo de tierra diseñado para asegurar la construcción de asentamientos solo para judíos en territorio ocupado albergando alrededor de 550,000 israelíes, que se volverán de facto parte de Israel a pesar de la falta de un acuerdo de paz, legalizando en efecto la confiscación de tierra.