Durante el Febrero pasado, las autoridades de ocupación israelíes demolieron Humsa, una comunidad beduina en el Norte del Valle del Jordán, cinco veces como parte de los intentos israelíes de limpiar étnicamente la comunidad. Ahora intentan obligar a la gente a irse cortándoles el suministro de agua.
Las crueles políticas para expulsar a la gente de sus tierras se están aplicando bajo el pretexto de que la comunidad está ubicada en una “zona militar cerrada”, que el ejército israelí declaró mucho después de que la comunidad se hubiera establecido allí.
Después de la quinta destrucción, y para evitar más demoliciones e incursiones, los residentes de Humsa tuvieron que moverse 600 metros fuer a de la zona que las autoridades de ocupación israelíes declararon como ‘Área de Tiro.’
Sin embargo, la ocupación israelí no permite a los residentes de Humsa reconstruir sus hogares. La ocupación israelí tampoco permite a los residentes un fácil acceso al agua.
La ocupación israelí les niega a las comunidades beduinas en el Valle del Jordán el acceso al agua entubada, negándose a conectarlos a la red de agua que Mekorot ha construido para los asentamientos ilegales. Las comunidades allí, incluida Humsa, dependen del agua que se les trae en grandes depósitos. El agua, que los residentes compran de las Zonas ‘A’ y ‘B’, normalmente es transportada en sus tractores ya que la ocupación israelí prohíbe a los palestinos de allí pavimentar sus caminos.
Desde principios de Marzo, la ocupación israelí ha decidido restringir el acceso al agua confiscándoles sus depósitos de agua o los tractores que los transportan.
Según Abu Anas, un residente de Humsa,
“Desde hace más de un mes, la ocupación israelí ha estado ahogándonos al impedirnos el acceso al agua de los depósitos. Apenas nos las arreglamos para conseguir algunos depósitos que no son suficientes para las necesidades de mi familia y del ganado. Cada noche, los jeeps militares israelíes rodean la comunidad para asegurarse de que no traigamos depósitos de agua secretamente durante la noche.
Cada día, también asaltan la comunidad en busca de depósitos de agua y de los tractores para transportarlos.
Hace unos días, construimos algunas tiendas. Al día siguiente, Lunes 5 de Abril, los soldados israelíes irrumpieron en la comunidad y sacaron fotos de las tiendas recién hechas.
No sé como vamos a sobrevivir el sagrado mes del Ramadán, que comienza en menos de una semana, sin el agua suficiente. La temperatura está subiendo mucho en Humsa estos días. Esto añadirá el insulto a la injuria durante el Ramadán mientras estemos ayunando.
Por un lado, la ocupación israelí confiscó los paneles solares que usábamos para tener energía. Después de un largo día de ayuno, no seremos capaces de tener agua fresca, si es que llegamos a tener agua!
Por otro lado, las tiendas que nos proporcionaron como ayuda humanitaria son pequeñas, y, al contrario de las tiendas residenciales que solemos tener, no refrescan el lugar ni nos protegen del calor.”
Negarles a los residentes de Humsa el acceso al núcleo de su vida, al agua, es una medida coercitiva para limpiarlos étnicamente de sus tierras después de que la reiterada demolición de sus propiedades no lograra hacerlo. El agua ha sido usada como arma por las autoridades de ocupación israelíes a través de prácticas de apartheid con el agua desde hace décadas para expulsar a los palestinos y apoderarse de sus tierras.