Israel continua sus políticas de limpieza étnica y desplazamiento en la aldea de Qalandiya, en las afueras de Jerusalén Este, con la destrucción de once edificios recientemente construidos. El Lunes por la tarde alrededor de 500 soldados entraron en la aldea con excavadoras para llevar a cabo las órdenes de demolición. Los edificios habrían sido el hogar de unas 250 personas en la pequeña aldea que ha quedado aún más aislada desde que a principios de los 2000 se comenzó la construcción del Muro del Apartheid. Siete palestinos y un periodista fueron heridos en los enfrentamientos cuando las fuerzas israelíes usaron gas lacrimógeno, granadas aturdidoras, balas de goma y la fuerza para dominar a los vecinos.