Las elecciones israelíes confirmaron que el Partido Likud seguirá gobernando. También es el gobierno responsable de la masacre del verano pasado, que causó más de 2.200 muertos entre la población palestina en Gaza.
Responsable de masacres
Las elecciones israelíes del 17 de marzo confirmaron que el partido que gobierna actualmente, el Likud, será el partido más fuerte del parlamento (Knesset) con 29 escaños. Al actual primer ministro, Benjamin Netanyahu, le corresponde ahora formar una coalición que pueda contar con una mayoría en la Knesset. No olvidemos que el gobierno actual es responsable de la masacre de julio a agosto de 2014 que causó la muerte de más de 2.200 palestinos en Gaza. Yitzak Herzog y Tzipi Livni dirigían la alianza electoral de la oposición, "Unión Sionista". Livni fue una de las artífices de la masacre de Gaza de 2008-2009 en la que fueron asesinados más de 1.400 palestinos y que sirvió de modelo a Netanyahu.
Excluidos de ejercer todo poder político
Por lo tanto, las elecciones se han vuelto a caracterizar una vez más por el hecho de que el electorado no tenía una verdadera opción en lo que se refiere a la política respecto a la población palestina. Entre los principales partidos había un consenso claro acerca de la continuidad de la ocupación, la anexión de Jerusalén y el bloqueo de Gaza. Aunque los ciudadanos palestinos de Israel están representados en el proceso electoral por la Lista Árabe Unida, están excluidos de ejercer todo poder político.
El resultado de las elecciones
El resultado de las elecciones israelíes ha mantenido en el poder a los que han aprobado explícitamente las políticas israelíes de racismo, apartheid y agresión militar. Este resultado no debe sorprender a la comunidad internacional, dada la complacencia y la complicidad internacional con los crímenes de guerra israelíes y las violaciones de los derechos humanos de los palestinos.
El sistema de apartheid israelí
Es preocupante aunque no sorprendente el hecho de que la mayoría de la sociedad israelí haya votado a partidos de derecha que promueven abiertamente políticas racistas y genocidas contra el pueblo palestino, además de crear alarma en la población para minar el potencial de cualquier opositor político. Durante casi siete décadas se ha afianzado el adoctrinamiento en la sociedad israelí, empezando con los programas escolares y continuando durante el servicio militar obligatorio. El retrato de los acontecimientos que hace los principales medios de comunicación junto a la constante impunidad de Israel llevan de manera casi inevitable a ello. Esta situación no cambiará mientras las instituciones, empresas y responsables políticos israelíes sigan recibiendo contratos, invitaciones y premios internacionales, en vez de tener que rendir cuentas por su contribución al sistema de apartheid israelí.
Prefiere la confrontación directa
La victoria del Likud, el partido liderado por Netanyahu, es esencialmente una victoria de un discurso de política exterior sobre otro. La táctica de la Unión Sionista de Tzipi Livni, y Isaac Herzog habría sido responder a las llamadas internacionales de continuar con las "negociaciones" y un "proceso de paz" carentes de significado, mientras que la táctica del bloque de derecha que apoya a Netanyahu prefiere la confrontación directa con la comunidad internacional acerca de las políticas que ambos partidos han defendido durante todo el proceso electoral.
No se establecerá un Estado palestino
Los verdaderos perdedores en estas elecciones son el presidente Barack Obama y la Autoridad Nacional Palestina. Ambos tenían un fuerte interés en iniciar una nueva ronda de negociaciones inútiles. La Casa Blanca también estaba ansiosa por recibir a un gobierno israelí más acorde con su retórica y regodearse por la derrota de Netanyahu tras el desaire recibido cuando este criticó en el Congreso de Estados Unidos la política exterior del gobierno Obama. La Autoridad Palestina, que nació como una herramienta para guiar al pueblo palestino hacia un Estado independiente, pierde de facto su misión ante un gobierno israelí que durante la campaña electoral prometió que no se establecerá ningún Estado palestino.
Hay que actuar pronto
Solo se puede superar el estancamiento político creado por el resultado de las elecciones con un cambio radical de la diplomacia mundial hacía Israel. Si la comunidad internacional no quiere perder sus últimos vestigios de credibilidad, debe optar ahora por imponer sanciones [a Israel], comenzando con un embargo militar inmediato y el fin de los acuerdos de libre comercio con Israel.