El 10 de abril, alrededor de 100 activistas de São Paulo y Río de Janeiro realizaron una protesta contra la edición 2018 de LAAD, la Feria Internacional de Seguridad Corporativa, que se realiza esta semana en São Paulo. Conocido como “Feria de la Muerte”, este es el mercado de armas más grande de América Latina e incluye a muchas empresas israelíes como expositores.
Miembros del Movimiento BDS en Brasil, la Acción Antifascista de São Paulo, la Campaña Caveirão Não y el Colectivo Papo Reto de Río de Janeiro, el Movimiento de Trabajadores sin Hogar (MTST), así como otros movimientos y activistas de las favelas, las ciudades de chabolas en Río de Janeiro habían organizado el evento.
Desde el Complejo Maré en la ciudad de Río de Janeiro, una favela cercana al aeropuerto internacional y rodeada por un muro, la periodista y comunicadora comunitaria Gizele Martins comenzó los discursos. “Si criminalizan nuestras vidas e internacionalizan la militarización, estamos aquí para internacionalizar la resistencia contra el apartheid”. Gizele estuvo en Palestina en julio de 2017 y se sorprendió por las similitudes entre Brasil y los territorios ocupados. El control militar de la vida es uno de ellos: Gizele enfrenta lo que los palestinos llamarían ‘puestos de control’ dentro de su vecindario y la policía cuando cruza la ciudad debido a su posición social y su vecindario ha sufrido y resistido continuas intervenciones militares durante una década.
De manera similar, Tainã Medeiros, miembro del colectivo de comunicación Papo Reto, denuncia que el año pasado la policía militar en Río aplicó una estrategia utilizada comúnmente por las fuerzas israelíes, principalmente en la ciudad de Hebrón. Condenó la invasión de casas y su uso permanente como puestos policiales durante cuatro meses en la Plaza Samba, ubicada en el Complejo Alemão. Como sucede en Hebrón, la policía entró a las casas sin avisar y ocupó los pisos superiores para observar y disparar a “criminales”. El Batallón de Operaciones Especiales (BOPE) de la policía militar también ha hecho algunas incursiones en las favelas usando kuffyas para cubrir caras, en un intento de crear confusión sobre quién es el verdadero enemigo.
Soraya Misleh, una activista brasileña-palestina, habló sobre los 70 años de la actual Nakba, que se inició con la fundación del estado de Israel y expulsó a más de 800.000 palestinos de sus tierras, incluidos sus padres. Para Soraya, es extremadamente simbólico compartir esta protesta con personas de Río debido a las masacres diarias experimentadas por las dos comunidades. “Las mismas armas que promueven el genocidio de los negros en Brasil están matando a los hijos de las madres palestinas”, dijo. En los últimos años, Brasil se convirtió en el quinto mayor importador de armas israelíes y en la última feria LAAD en 2016, ha habido vendedores de más de 400 corporaciones israelíes.
En la edición de este año, Carmor es una de las corporaciones israelíes presentes. Fabrican los “Guardianes” o los vehículos blindados antidisturbios utilizados por la Policía Militar de São Paulo. Otro expositor es la empresa conjunta israelí-brasileña Rafael Stefanini que pretende llevar a Brasil las tecnologías de vigilancia, que se utilizan para sitiar Gaza y el Muro en Cisjordania.
Las relaciones entre Brasil e Israel no se limitan al comercio de armamentos, los dos países también comparten capacitación policial y estrategias militares. De hecho, gran parte de las ventas se centran en la vigilancia y el sector de la seguridad y los agentes de policía son el público más numeroso de la feria.
