Israel Asesina a una Madre Palestina en su Casa en Jenín
Publicado enDesde Palestina

Israel Asesina a una Madre Palestina en su Casa en Jenín

 

Las fuerzas de ocupación israelíes mataron a tiros a una madre palestina durante una invasión al amanecer en el Campo de Refugiados Cisjordano de Jenin el Viernes 7 de Agosto. Dalia Samoudi, de 24 años, madre de dos niños, estaba abrazando a su hijo de ocho meses cuando una bala le dió en el pecho, penetrando en el hígado y el páncreas. Los palestinos llaman a la comunidad internacional a emprender acciones y hacer al apartheid israelí responsable de su escalada de violencia y el aumento de los crímenes contra los palestinos en medio de la inminente anexión de jure de Cisjordania.

Durante un ataque de madrugada al Campamento de Refugiados de Jenin el Viernes 7 de Agosto, las fuerzas de ocupación israelíes mataron a tiros a una mujer palestina. Dalia Samoudi, de 24 años, sucumbió a sus heridas después de haber recibido un tiro en le pecho, que penetró hasta el hígado y el páncreas. Dalia fue declarada muerta alrededor de las 12.00 PM en el hospital. 

Soldados israelíes fuertemente armados invadieron el barrio de Al-Jabiryyat ubicado a las afueras del Campo de Refugiados de Jenín, donde vivía Dalia, para volver a arrestar a un antiguo pero palestino, Khaled Suleiman. Ahmad, familiar de ella y testigo ocular del asesinato, declaró que “surgieron los enfrentamientos entre cientos de jóvenes airados por los constantes asaltos violentos sobre el campamento de refugiados y los soldados israelíes armados.” Agregó que “los soldados israelíes respondieron a la juventud desarmada arrojándoles gas lacrimógeno para dispersarlos.”

Dalia era madre de dos niños. El hijo mayor de Dalia tiene solo dos años y medio mientras que el menor tiene 8 meses. Ella estaba despierta durante los enfrentamientos preparando la leche para su hijo menor. Ahmad afirmó que  “Dalia quiso proteger a su niño del olor venenoso del gas lacrimógeno. Sosteniendo a su hijo en brazos, fue a cerrar la ventana” Sin embargo, Dalia no pudo cerrar la ventana. Un soldado israelí con el dedo en el gatillo del rifle fue más rápido que Dalia y disparó una bala que le entró por el pecho. Más tarde Ahmad comentó que “Dalia y su bebé cayeron al suelo. Al final, yaciendo en el suelo, el bebé de Dalia fue rodeado y cubierto por la sangre de su madre.”

Se llamó inmediatamente a una ambulancia al lugar en un intento de salvar la vida de Dalia. Sin embargo, el activista de la Lucha Popular Palestina Omar Mansour, que es de Jenin, declaró que  “los soldados israelíes comenzaron a dispararle a la ambulancia y retrasaron su llegada a la casa de Dalia mientras se desangraba. Debido a la violencia de los soldados israelíes contra la ambulancia, Dalia fue llevada al hospital demasiado tarde.”

Basem, el esposo de Dalia y el resto de su familia están en estado de shock después del brutal asesinato de Dalia. Ahmad dijo que “cuando los doctores en el hospital anunciaron la muerte de Dalia, su esposo no podía creerlo. El comenzó a suplicarle a los doctores: “No está muerta. Daila está durmiendo, por favor, despiértenla.” A Basem, dijo Ahmad, “se le dió una inyección para calmarlo ya que estaba en una  situación descontrolada después de la muerte de Dalia.”

La familia de Dalia dándole su adiós por última vez.

Comentando el asesinato de Dalia a sangre fría, Ahmad dijo que “los palestinos están privados de seguridad hasta en el interior de sus casas. Dalia no era de las que se estaban enfrentando a los soldados afuera. Ella estaba dentro de su casa cuando la asesinaron.  Todo lo que quería hacer era proteger a sus hijos del olor del gas lacrimógeno. El asesinato de Dalia representas un crimen contra la humanidad.”

Mansour enfatiza que “casi cada noche soldados israelíes armados invaden el Campamento de Refugiados de Jenín. A veces arrestan a una persona mientras que otras veces arrestas a casi una docena de  personas.” Mansour señaló que “aunque el Campamento de Refugiados de Jenín cae dentro del la Zona ‘A’ (bajo el pleno control de seguridad y civil de la Autoridad Palestina), este hecho no detiene a la ocupación israelí de invadir, arrestar y matar palestinos.” Y termina diciendo, “Los palestinos no tenemos soberanía sobre ninguna parte de nuestra tierra, sea en la llamada Zona ‘A’, ‘B’ (Bajo control Mixto) o en la ‘C’ (Bajo pleno control israelí).”

El Campamento de Refugiados de Jenín está habitado por aproximadamente diecisiete mil palestinos. Los residentes del campamente han estado viviendo allí desde que fueron expulsados de sus tierras ancestrales cuando Israel fue creado en 1948. Desde entonces, el número de habitantes ha estado aumentando en el mismo pedazo de tierra, un kilómetro cuadrado. El hecho de que el Campamento de Refugiados de Jenín esté tremendamente superpoblado no detiene a las fuerzas de ocupación israelíes de lanzar latas de gas lacrimógeno y disparar fuego real cada vez que invaden el campamento. Para Mansour, “cualquier bala disparada por las fuerzas de ocupación puede matar a cualquier palestino tanto fuera como dentro de sus casas, aunque sean disparadas ‘al azar.’” Afirma que “no sabemos si el asesinato de Dalia fue intencional o no, pero el hecho es que los soldados israelíes disparan con fuego real aún sabiendo que en el superpoblado Campamento de Refugiados de Jenín la muerte de palestinos nunca puede ser evitada.”

Desde comienzos del 2020, la ocupación israelí ha intensificado notoriamente su violencia y sus campañas de arresto contra los palestinos. La brutalidad del régimen de apartheid israelí llega como parte de su intento de aplicar el plan unilateral israelí-americano de anexión de jure del 33% de Cisjordania, conocido como el ‘Acuerdo del Siglo.” Mansour afirmó que “aunque el asesinato sistemático y el arresto de palestinos han estado teniendo lugar desde la ocupación de Cisjordania en 1967, para realizar sus objetivos de anexión de facto de Cisjordania sobre el terreno,  la reciente escalada de violencia es parte del plan de anexión de jure. La violencia contra nosotros significó sofocar nuestra resistencia para obligarnos a vivir en enclaves cada vez más pequeños mientras ellos se anexionaban grandes fajas de nuestra tierra sin permitirnos a nosotros, los propietarios de la tierra anexionada, vivir en ella.”