Por: Jamal Juma’ (coordinador de la Campaña Palestina Stop the Wall) y Maren Mantovani (Coordinadora de relaciones internacionales de la Campaña Stop the Wall)
Los ojos del mundo aún están fijos en Oriente Medio, y la primer quincena de Septiembre ha entregado dos intensos eventos en Egipto y Turquía que han enviado temblores a través del gobierno israelí.
El 2 de Septiembre, el ministro de Relaciones Exteriores de Turquía Ahmet Davutoglu anunció la decisión de disminuir las relaciones diplomáticas con Israel al nivel de segundo secretario y cortar todas las relaciones militares entre los dos países. Después, tras semanas de protestas, el pueblo egipcio finalmente irrumpió en la embajada israelí del Cairo el 9 de Septiembre y escenificó una “expulsión ciudadana” del personal de la embajada israelí (Los manifestantes egipcios envían al embajador israelí y su personal fuera del país, AhramOnline, 10 de septiembre de 2011).
Al coste de tres vidas y más de mil heridos, los manifestantes literalmente cerraron la embajada israelí y obligaron al embajador israelí a volar de regreso a Tel Aviv.
Estos dos eventos son indicativos de un triple cambio en las relaciones de poder: la esencia de la fuerza de los movimientos del pueblo, que han contribuido al cambio del balance del poder gubernamental en el Oriente Medio, a su vez han comenzado a hacer valer sus aspiraciones dentro de la diplomacia global. Estos lentos pero continuos cambios tienen un efecto directo, netamente positivo en la lucha palestina por la liberación y la justicia y un impacto negativo total en el apartheid israelí.
Poder del pueblo
En Egipto y Túnez, inspirándose en las victorias que han surgido de luchas libradas han llegado al poder gobiernos que, si continúa la movilización popular, estarán obligados a responder, al menos en parte, a las demandas persistentes y a las eternas aspiraciones del pueblo. Algunos gobiernos aún están combatiendo brutalmente los levantamientos, como los de Siria y Bahrein. Y a otros líderes se les ha hecho recordar intensamente que los pueblos cuentan y que pueden tomar control de sus destinos.
Sin lugar a dudas, Palestina está y siempre ha estado en las agendas de los levantamientos populares árabes. Esto ha quedado particularmente claro en los últimos meses en Egipto.
Para apaciguar por lo menos algunas demandas populares, el gobierno interino intentó alejarse de las políticas pro-israelíes de Hosni Mubarak. Egipto ha comenzado a renegociar los contratos de gas, que venden gas natural a precios más bajos que el mercado a gas a Israel (La delegación de Israel en Egipto para negociar las tarifas fijas de gas, Al Masry Al Youm, 13 de mayo de 2011).
La aerolínea nacional egipcia EgyptAir cerró la vía directa Cairo-Tel Aviv (Aerolínea de Egipto elimina de su lista de destinos a Israel, Middle East Monitor, 23 de marzo de 2011).
Sin embargo, la débil respuesta diplomática por parte del gobierno post-Mubarak hacia el asesinato por parte de Israel de cinco soldados egipcios en Agosto provocó acciones populares dramáticas. Mohammed el Baradei y Amr Moussa, los dos principales candidatos a la presidencia pidieron ambos inmediatamente una reacción más fuerte contra Israel (Tensas relaciones entre Egipto y Israel después de los incidentes fronterizos, dice el analista, The Daily News Egypt, 19 de agosto de 2011).
La “expulsión ciudadana del personal de la embajada israelí fue una respuesta al primer asesinato de mártires egipcios después de las semanas revolucionarias en La Plaza Tahrir durante la Primavera.
Igualmente, la dureza de la diplomacia turca puede realmente ser vista como una Victoria de los activistas, de los movimientos, y de las organizaciones que han mostrado consecuentemente al gobierno de Ankara la línea de acción a tomar para mostrar su solidaridad con Palestina.
Turquía abandona la industria bélica israelí
Aquí, el sentimiento popular es similar al de Egipto. Durante mucho tiempo, el gobierno turco sabía de la impopularidad de su apoyo a la industria bélica israelí y a la ocupación de Palestina. El pueblo en Turquía mostró de forma constante una contundente solidaridad con Palestina, lo más notable fue su movilización en el 2010 con la Flotilla por la Liberación de Gaza, que terminó con un brutal ataque por parte de la armada israelí. Los comandos de Israel asesinaron a ocho ciudadanos Turcos y a un ciudadano de los EE.UU. de origen turco en el Mavi Marmara.
Ahora, vemos que el gobierno turco trasforma en acción concreta las demandas de sus ciudadanos, de las movilizaciones en la región, y del pueblo palestino. Hace sólo dos meses, el Comité Nacional Palestino de Boicot, Desinversión y Sanciones (BNC) lanzó el llamado por un embargo militar a Israel
Ahora, vemos al gobierno turco tomando las iniciativas de sus ciudadanos, de las movilizaciones en la región, y del pueblo palestino. Hace solo dos meses, el Comité Nacional Palestino del Boicot, las Desinversiones y las Sanciones (BNC por sus siglas en inglés) lanzó un llamamiento por el embargo militar sobre Israel (Llamado a embargo militar obligatorio y general a Israel, Comité Nacional Palestino por el BDS, 8 de julio de 2011).
Este llamamiento está apoyado por organizaciones y sindicatos que representan docenas de millones de personas por todo el globo.
Para la sociedad civil en toda la región, más de allá de egipcios y turcos, no puede haber dudas sobre el poder de los ciudadanos para influir en los cambios sociales y políticos que puedan minar el apartheid israelí y las políticas neo-colonialistas seguidas por los gobiernos vecinos.
Colapso en las estructuras de poder
Las relaciones de poder y las alianzas están cambiando en Oriente Medio. La pujanza de los movimientos populares es una fuerza conductora en este fenómeno, así como un resultado de él.
Una pequeña visión de conjunto sobre la región revela la lenta crisis de las estructuras de poder sobre las cuales los EE.UU. y la UE han hecho su baluarte. Las guerras y las ocupaciones en Irak y Afghanistán han demostrado ser fallos políticos y militares. Mientras la OTAN (NATO por sus siglas en inglés) intenta controlar las reservas de petróleo en Libia, Occidente está mostrándose sobrecargado militarmente, agotado económicamente y desacreditado políticamente. Los fallos de las iniciativas diplomáticas de sus gobiernos para llevar la paz a la región son debidos a Israel y a su arrogancia, a su impunidad que se está volviendo un lastre para los poderes occidentales. Pilares del poder colonial como el régimen de Mubarak han caído, dejando un vacío político. Por lo menos hasta las elecciones de Noviembre en Egipto, Turquía será el único país rico en recursos y con una gran población que tenga un liderazgo incontestable entre el Mediterráneo e Irán.
La nueva reordenación turca es también un reflejo de este escenario. Turquía era el segundo mayor importador de armas de Israel y había garantizado a Israel derechos de su espacio aéreo para vuelos de entrenamiento militar. Turquía importó más del doble de la cantidad de (La sociedad civil palestina celebra la decisión de suspender todos los vínculos militares con Israel y rebajar las relaciones diplomáticas, Comité Nacional Palestino por el BDS, 7 de septiembre de 2011).
Turquía e Israel también llevaron a cabo intensos ejercicios conjuntos de entrenamiento militar (La cooperación militar se encontraba en la escucha de las relaciones entre Turquía e Israel, Defense Talk, 1 de junio de 2010).
La congelación de los lazos militares es una muestra de fuerza dramática pero es parte de un cambio político a largo plazo. En los últimos cinco años en primer ministro turco Recep Tayyip Erdogan ha rehecho las relaciones con los turcos de los países vecinos, como Irán, y
otros en el Hemisferio Sur y de forma decisiva cambió las zonas de interés turcas hacia el este y el sur. Desde el ataque israelí al Mavi Marmara, Turquía no ha firmado ningún contrato militar nuevo con Israel. Y justo unos días antes de la declaración del 2 de Septiembre, Turquía llegó a un acuerdo con la OTAN que asegura que Israel no tendrá acceso a los datos recogidos en el nuevo sistema de alarma temprana anti-misiles de la OTAN (Turcos van a instalar radar de la OTAN, Hurriyet, 02 de septiembre 2011).
También es notable que los EE.UU. parezcan haber reconocido la dirección de las nuevas políticas turcas.
Aprovechándose del vacío de poder gubernamental y del apoyo político a Palestina a nivel popular, Turquía se ha puesto a la fuerza en el mapa público y diplomático haciéndole saber a Israel que ya no domina más la región. Este es un movimiento astuto que le ha permitido a Turquía afirmar sus aspiraciones hegemónicas regionales y, al mismo tiempo, ganar amplias simpatías en el Oriente Medio al retar a Israel. Inmediatamente después, Erdogan extendió su mano a Egipto para organizar su primer visita presidencial a El Cairo en 15 años. Sabiendo que Egipto y Turquía juntos hacen más de la mitad de la población de Oriente Medio y la mitad de la población de la costa oriental mediterránea, Erdogan firmará acuerdos económicos y militares estratégicos que podrían sentar las bases para una nueva alianza en el Oriente Medio (Egipto, Turquía miran a forjar lazos más fuertes mientras Erdogan prepara su visita en El Cairo, Zaman Hoy, 9 de septiembre de 2011).
Sin embargo, a pesar del futuro gobierno egipcio y de la cooperación Egipto-Turquía, una cosa está clara: desde el 2 de Septiembre, el nuevo Oriente Medio en formación tiene una figura líder que nadie será capaz de obviar.
Investigación adulterada de la ONU
Las últimas declaraciones Turcas también llegaron a las Naciones Unidas. El movimiento turco fue fundamentalmente provocado por lo que comenzó como punto muerto provocado por el Informe Palmer, una investigación de la ONU sobre el ataque de Israel al Mavi Marmara. La formación de la Comisión Palmer fue un escudo para evitar condenar a Israel por sus violaciones a la ley internacional, y para evitar la repetición de las pruebas detalladas del informe de investigación de la ONU sobre el ataque israelí a Gaza a finales del 2008 y principios del 2009. Después de que el Consejo de los Derechos Humanos de las ONU hubiera enviado un comité de expertos para investigar el tema, el Secretario General de la ONU Ban Ki-moon formó un comité casi paralelo. Ban nombró nada menos que a Álvaro Uribe, el ex-presidente de Colombia, como vicepresidente de la investigación de la Flotilla de la Libertad.
Apenas unos meses antes, el Comisionado de los Derechos Humanos de lasONU había publicado un cáustico informe de las violaciones de los derechos humanos y de la represión sobre los defensores de los derechos humanos cometidas en Colombia bajo Uribe (Informe del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en Colombia, 4 de marzo de 2010).
Más aún, Colombia se volvió uno de los mayores importadores del mundo de armas israelíes durante su presidencia y el ejército colombiano continúa contratando “consultores” militares israelíes para aprender sus métodos de represión. Como era natural, los resultados del informe de las NU fueron tomadas como un insulto a Turquía y a la ley internacional (Decepción en las Naciones Unidas: el informe de Palmer en el incidente de la flotilla de 31 de mayo de 2010, Monitor de Oriente Medio, 9 de septiembre de 2011).
En contra del consenso de los expertos en ley internacional, el informe argumenta que el asedio de Gaza era legal y recomendaba que una pequeña disculpa por parte del gobierno israelí sería una solución apropiada por el asesinato de nueve turcos. La respuesta de Turquía fue intensa y funcionó a dos niveles: declaró su intención de remitir el problema de Gaza al Tribunal Penal International y prometió que asegurarán la libertad de la navegación por el Mediterráneo oriental con la fuerza de su propia armada.
Estos anuncios recientes de Turquía son por lo tanto un mensaje a las Naciones Unidas de que no se debe garantizar la impunidad a Israel por sus crímenes. Donde fallan la ONU, otros caminos tendrán éxito para hacer responsable a Israel. Los vetos de los EE.UU. en el Consejo de Seguridad pueden proteger a Israel solo en la medida en que Occidente voluntariamente permita esta tapadera para obscurecer su propia renuencia a actuar.
El mensaje de Turquía no es nada nuevo. La sociedad civil por todo el mundo hace tiempo que promueve el llamamiento para la imputación a través del boicot, desinversiones y sanciones (BDS por sus siglas en inglés), incluyendo el llamamiento al embargo militar sobre Israel. La sociedad civil ya ha ganado grandes victorias en los últimos cinco años a través del BDS y un llamamiento al BDS debería ser atendido prontamente por instituciones y gobiernos.
Es crucial que los activistas en Turquía y por todo el mundo continúen aumentando sus movilizaciones en apoyo al llamamiento palestino del BDS y a un embargo militar completo sobre Israel para asegurar que el gobierno Turco no reanude las relaciones con Israel hasta que este cumpla con la ley internacional y con los derechos humanos y que otros gobiernos sigan la petición. Los activistas tendrán además que desarrollar y clarificar los métodos para controlar la realización de las actuaciones de BDS por parte de los gobiernos, las instituciones y las empresas.
Los movimientos populares consolidan a los gobiernos de Oriente Medio contra el ininterrumpido apartheid en Israel. Hay una esperanza de que está llegando el momento cuando las naciones finalmente se una en una acción efectiva contra el apartheid, el colonialismo y la ocupación israelí.